Golf Confidencial . Gonzaga Escauriaza, Presidente de la Real Federación Española de Golf, manifestó: “La figura de Jaime Ortiz-Patiño ha sido determinante en el desarrollo en España, no sólo del golf, sino también del turismo de calidad. Él situó Sotogrande, San Roque y la Costa del Sol en el mapa dándolos a conocer al mundo entero, incluso en Estados Unidos. Tenía tal entusiasmo y ponía tanto empeño en hacer las cosas bien que para él no existían las medias tintas. Se habla mucho de su influencia en el golf a través de los grandes torneos que se han jugado en Valderrama, los Volvo Masters, Amex y la Ryder Cup, pero lo que mucha gente no sabe es que ha sido fundamental en el desarrollo de los greenkeepers en nuestro país, estando hoy a la cabeza de Europa. Fue él quien empezó ofreciendo becas a chicos jóvenes que enviaba a estudiar mantenimiento de campos de golf a la Universidad de Michigan. Luego tomó el relevo la Real Federación Española de Golf, pero la idea e iniciativa fueron suyas.
En sus declaraciones, añadió: “Fue muy generoso, no sólo se preocupó por su propio campo sino que tuvo la suficiente visión para hacer que creciese y fuese reconocida la profesión de greenkeeper en España; un claro ejemplo es David Gómez, quien comenzó su carrera becado por él y actualmente dirige la Green Section en la RFEG, un experto en esta materia que se ha hecho con un lugar de privilegio en Europa y le consideran en todas partes. Siempre dio muchísima importancia y fue proactivo con el medioambiente, liderando y amparando en Europa la lucha por hacer las cosas bien en este sentido. Se empeñó en que todos cumpliesen las normas de desarrollo sostenible y fue esencial en la creación de GEO (Golf Environment Organization).
Para terminar, recordó: “La última vez que estuve con él fue durante el Open de Andalucía en Aloha, tuvimos un almuerzo muy agradable en la terraza, junto a Ángel de la Riva”.
Por su parte, Miguel Ángel Jiménez aseveró: “Fue un hombre con las ideas muy claras respecto al golf. Valderrama era su ‘tercer hijo’. Lo transformó y, a través de grandes torneos como el Volvo Masters, los WGC-Amex y la Ryder Cup, consiguió situarlo en la cúspide del mundo del golf. Su tesón, voluntad y constancia eran extraordinarios, lograba lo que se proponía.
A nivel personal, destacó: “Me consta que me tenía mucho cariño. Jugué con él el Pro-Am del Volvo Masters 95 y por poco si vuelvo a hacer un albatros en el hoyo 17, como en el torneo el año anterior. Siempre me decía: “Miguel, a ver si ganas de una vez en Valderrama, me haría mucha ilusión que ganases aquí un torneo. Creo que debería ser un espejo en el que mirarse, un modelo para muchos en el mundo del golf. Te podía gustar o no su manera de hacer las cosas, podías o no estar de acuerdo con él, pero hay que quitarse el sombrero ante su figura, se entregaba con pasión a todo lo que hacía.
Emocionadó, remomoró algunas vivencias conjuntas: “Recuerdo muy bien los primeros Volvo Masters, siempre encima de cada detalle supervisándolo todo, no se le escapaba nada. A las 5 de la madrugada estaba en el campo trabajando con su equipo, no dándoles órdenes sino haciendo él el trabajo necesario para que tuviésemos el campo en las mejores condiciones. La última vez que le vi fue en septiembre en Crans-sur-Sierre; en marzo vino a verme y a mostrarme su apoyo al Open de Andalucía en Aloha. Se dio una vuelta por el campo, nos saludó a todos, y estuvo muy cariñoso conmigo”.
En cuanto a Gonzalo Fernández-Castaño, el madrileño destacó: “Ayer estaba en Valderrama cuando se conoció su fallecimiento, y sólo había que ver las caras de tristeza y consternación de todos los empleados para darse cuenta de lo mucho que su figura ha significado para ellos. Junto con Joe McMicking (fundador de Sotogrande), han sido dos pilares esenciales para esta zona, para Guadiaro y San Roque; aquí se les quiere mucho y la gente está muy agradecida por la cantidad de cosas buenas que han hecho, por todo lo que han aportado. El campo de Valderrama, en torno al cual se ha creado una leyenda, siempre será su insignia y en él permanecerá la huella de Jaime Ortiz-Patiño; uno de mis sueños era ser socio y por fin lo conseguí. Tengo la suerte de poder disfrutar de su gran legado”.