Golf Confidencial Eso no significa que el trazado este desprovisto totalmente de dunas. Un ejemplo de ello es el hoyo 13, que es la joya de Muirfield. El hoyo esta rodeado de dunas, dando la sensación de estar inmerso en ellas. Otra característica interesante es que el 13 gira perpendicularmente al resto del campo. Los nueve de ida discurren en el sentido de la agujas del reloj, y los nueve de vuelta en sentido contrario. Pero aparentemente el hoyo 13 sigue su propio rumbo, uniendo el 12 y el 14 con una desviación de 180 grados con respecto a la norma. Este cambio requiere algo más que un simple giro. Asimismo obliga al jugador a alterar su percepción de las condiciones del juego, y desde luego cuando sopla el viento en Muirfield hay que tener muy en cuenta dichas condiciones.
Después del hoyo 13, el campo prosigue de nuevo en el sentido contrario a la agujas del reloj, hasta la casa club. Si esto no basta para bloquear a cualquier jugador, puede que la superficie del putt si lo consiga. Tras haber jugado casí 175 metros cuesta arriba, y haber esquivado tres grandes búnkers adyacentes al green, nos aguarda una estrecha superficie de putt. El green es enorme y rápido, y según el emplazamiento de la bandera, puede dar lugar a putts absolutamente desviados. Aunque ciertamente los búnkers no son ninguna ganga, a veces representan una opción mejor que encontrarse en el green y enfrentarse a un putt cuesta abajo.
Para acceder a Muirfield hay que ser miembro de la Honorable Compañía de Golfistas de Edimburgo, o bien presentar una petición por escrito. No es fácil acceder al campo, ni tampoco jugar en él.