Golf Confidencial . El golfista catalán, que se hizo profesional con sólo 20 años, ha experimentado una progresión meteórica en su juego. Ya en su primera campaña logró la victoria en un torneo del Challenge Tour y dio el salto inmediato al European Tour. Durante estos 16 años ha estado saltando del Challenge al Tour Europeo, donde sus mejores puestos fueron un segundo puesto en Madeira en el año 2002 y la sexta plaza en el Open de Madrid del 2004. Por su parte, en el Challenge ha firmado tres victorias.
Los últimos años, Ivó se centró en el Peugeot Tour, donde se impuso en el Campeonato de Catalunya de 2001, el Peugeot de Vallromanes en 2004, mismo año en que se proclamó Campeón de España de la RFEG. Volvió a triunfar en el Peugeot de Sevilla del año 2006 y, su última victoria, la logró en el Internacional de Francia de 2010.
Será la primera vez que Giner llegue a la Gran Final del Peugeot Tour como número 1 del año: “He tenido opciones de ganar el ranking otros años pero nunca he ido al último torneo siendo número 1. Me haría mucha ilusión ganarlo, y si es con victoria en el Zaudín, sería la guinda de la temporada”.
Muy crítico, destacó que definiría la presente temporada como “agridulce. Estoy contento con mi juego porque es muy regular de tee a green y he mejorado mucho el putt desde este verano, he conseguido la regularidad confianza que hacía años que no tenía, llegando a varios torneos con opciones de ganar. Pero sin embargo en la semana más importante, la de las previas del Tour Europeo, no estuve a la altura y no pasé. Jugué un par de torneos del Challenge las semanas previas con muy mal tiempo y perdí la confianza con el swing. Fue una gran decepción.
Sabe que de los errores se pueden sacar importantes conclusiones y, por lo tanto: “Una de las cosas importantes que he aprendido este año es a no desesperar si las cosas no salen. Además, a pesar de los pocos torneos que he jugado, he tenido muchas opciones de ganar. Aún no ha llegado la victoria pero espero rematar bien la temporada en Sevilla. Todos los que vamos a esa prueba tenemos opciones de ganar la Final del Peugeot. Estar allí quiere decir que has hecho un buen año, así que no va a ser fácil, pero lo voy a pelear”.
A la hora de definir el campo andaluz, reseñó: “Zaudín Golf es un campazo impresionante. Además, siempre que vamos a jugarlo nos lo encontramos en fantásticas condiciones. He jugado muchas veces allí, unas bien y otras no tanto. Hace un par de años recuerdo que jugamos con muy mal tiempo, yo iba como un tiro hasta llegar a los tres últimos hoyos y… ¡mejor no recordar cómo terminé!”.
¿Seguirá mucho más tiempo en activo? Ni él mismo lo sabe con certeza: “Cuando eres joven todo es nuevo y no ves límites, a medida que pasan los años y vas cumpliendo objetivos todo va cambiando; a mi me encantaría seguir compitiendo pero la falta de torneos y patrocinadores lo hace muy difícil. Ahora tengo que replantear mi temporada, ver qué voy a jugar el año que viene, qué hay en España y en Europa, pero mientras tanto estoy empezando a entrenar a un grupo de chicos y chicas jóvenes que tienen ganas de competir, lo paso muy bien con ellos, tienen un nivel impresionante y me obligan a mantenerme en forma. De alguna forma me estoy haciendo un hueco en la enseñanza de cara al futuro”.
Siempre cercano y amable, manifestó: “Mi ídolo siempre fue y sigue siendo Seve por encima de cualquier otro. Empecé a jugar al golf cuando él estaba en lo más alto y años más tarde tuve la inmensa suerte de jugar varias veces con él, una de ellas la última vuelta de un Open de España en Madrid. Fue uno de los mejores días de golf de toda mi vida. Aunque el mejor consejo que he escuchado nunca no era para mí ni venía de un golfista por entonces –¡ahora es casi más golfista que futbolista! Fue de Johan Cryuff, antes de que los jugadores del Barça fueran a disputar la final de la Copa de Europa del 92 les dijo: “Salid, y disfrutad”. Y es lo que intento hacer siempre que salgo al campo”.
Para terminar, confesó: “La llegada de nuestra hija Cloe ha sido, sin duda, el mejor birdie de mi vida. Te cambia la vida porque ya no miras por ti sino por ella, es una responsabilidad enorme y los objetivos son por y para ella; por supuesto que doy biberones y cambio pañales, ¡en el futuro ya se verá si soy buen padre!”.