Golfconfidencial. Coincidencias históricas han determinado que Open de España y European Tour celebren sus respectivos aniversarios, cien y cuarenta años con el denominador común del español Antonio Garrido, uno de los nombres de oro de la historia del golf español: “Ser el primer ganador del Circuito Europeo supone un honor y una gran satisfacción. Me siento muy orgulloso, nunca pensé que en algún momento haría historia en el Tour”
Antonio Garrido recuerda que fue a Pals, en 1972, sin ninguna expectativa: “en aquella época yo acababa de empezar a trabajar en Somosaguas (antes estaba en el Club de Campo Villa de Madrid) y en el club me animaron a participar en aquel Open de España, pero en ningún momento se me pasó por la cabeza que pudiese ganar”.
No obstante, a partir de aquella victoria, su vida profesional cambió por completo. “En Somosaguas se portaron fenomenal, se volcaron conmigo y me ayudaron a que compitiese más, lo cual era beneficioso para ellos y para mí. Entonces fue cuando tomé la decisión de viajar por Europa y participar en más torneos”, recuerda Antonio Garrido.
Había otros españoles que participaron en aquel Open de España: los hermanos Ángel y Sebastián Miguel, Ramón Sota, José María Cañizares, Manuel Piñero, Jaime Benito o Valentín Barrios, que salió con Antonio Garrido a desempatar.
“Como en aquella época no había televisión, los desempates empezaban por el 1 y seguían por orden. Valentín y yo jugamos el hoyo 1, par cuatro, y los dos hicimos el par. En el 2 volvimos a hacer el par. Llegamos al 3, otro par 4, y los dos estábamos en green pero lejos de la bandera, él a unos ocho o nueve metros y yo a siete. Tira él y falla, tiro yo ¡¡y la meto!! Qué alegría tan grande. Había bastante gente siguiéndonos y recuerdo que me emocioné muchísimo. No me podía creer lo que me estaba pasando… aquello era un sueño”, rememora Antonio Garrido.
Como bien recuerda el célebre golfista madrileño, “aquellos primeros torneos del Tour no tenían nada que ver con los de ahora, las circunstancias son muy distintas y no se pueden comparar. Entonces no había nada, pero nada de nada. No sabíamos lo que significaba tener patrocinadores, carpas, público… todo estaba empezando de forma muy sencilla. En los torneos sólo estábamos los jugadores y dos árbitros ingleses, Tony Gray y Arthur Crowley-Bovey, un periodista español y dos británicos, y eso era todo. Éramos una gran familia”.
Ese sentimiento permanece en la memoria de Antonio Garrido, que en aquel entonces no podía ni imaginar el potencial del Circuito Europeo: “Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer a todas las personas que con su trabajo han contribuido a engrandecer el Tour. Han hecho una gran labor durante estos 40 años y se merecen un reconocimiento. Ojalá que dure mucho tiempo lo que entre todos hemos construido”.
“El Circuito, tal y como lo conocemos ahora, es muy atractivo y tentador; hay muchos chavales que desde los 14 años ven en él su futuro. Me atrevería a darles un consejo a sus padres: que actúen con mucha prudencia y humildad. Deben ser conscientes de que, para que su hijo pueda ganarse la vida, necesita tener un nivel muy alto. En el Circuito Europeo hay un gran nivel, es muy competitivo y mucho más duro de lo que parece desde fuera. También hay mucha soledad y se necesita tener muy buena cabeza. Sobre todo les recomendaría que fuesen muy humildes, algo necesario en este deporte y en todo momento en la vida”.