El golfista estadounidense Tiger Woods ha luchado dentro de los campos de golf para conseguir buenos resultados esta temporada, mientras era acosado por un escándalo sexual, un divorcio y la deserción de varios patrocinadores corporativos importantes.
Un año después de que un accidente automovilístico ocurrido en la madrugada llevó a descubrir sus múltiples infidelidades matrimoniales, el ex número uno del mundo está tratando de pasar página y regresar a la senda del éxito en lo deportivo.
Woods quiere que el público y los patrocinadores le den una segunda oportunidad, mientras el PGA Tour, que ha sufrido un bajón en las audiencias de televisión sin el estadounidense en un gran nivel, espera que retome su forma rápidamente.
«Ningún atleta ha descendido hasta ahora tan rápidamente en simpatía, confianza y atractivo», dijo Rick Horrow, un profesor de deportes de la Escuela de Derecho de Harvard. «Hace dos años, el tour acostumbraba a sobrevivir sin un Tiger lesionado (…) La temporada pasada, no fue una vida sin Tiger, fue un vida con el negativo de Tiger», agregó.
En el último índice de Davie Brown, utilizado por clientes corporativos para determinar la capacidad de una celebridad para influir en los consumidores, el atractivo de Woods estaba en el puesto 2.586, mientras que antes del escándalo se encontraba en el puesto 96.
Este ranking lo pone en compañía del jugador de baseball Barry Bonds, quien ha debido superar las acusaciones de consumo de drogas para mejorar el rendimiento, y del actor Mel Gibson, plagado de escándalos en el último tiempo.
Antes del accidente en las afueras de su casa en Florida, Woods estaba en la misma categoría que el actor Matt Damon y que el fallecido cantante Frank Sinatra. Algunos títulos ayudarían a Woods, que ha descendido al número dos de ranking mundial, a recuperar la confianza del público y el interés de los patrocinadores, dijeron analistas.
Y es que muchos analistas creen que Woods, quien se divorció el pasado verano, nunca va a recuperar su anterior posición entre los aficionados, que lo convirtió en el deportista más rico del mundo. «Alcanzar un nivel de idolatría, fama, fortuna y todo lo que pasaba alrededor de él será difícil, porque siempre habrá una mancha», dijo Doug Shabelman, presidente de Burns Entertainment, empresa de merchadaising deportivo.
Una imagen hecha trizas
En tanto, el público tiene ciertamente una visión dividida de esta estrella del deporte. En un sondeo de Seton Hall realizado el jueves, el 40 por ciento de los encuestados tuvo una opinión desfavorable de Woods, mientras que el 39 por ciento lo veía de forma favorable.
«El 40 por ciento desfavorable para Tiger muestra claramente el trabajo que tiene que hacer en cuanto a su imagen», dijo Rick Gentile, director de la encuesta de Seton Hall.
Las compañías están observando de cerca el nivel de Woods, ya que éste se refleja en sus productos y servicios. Sus problemas personales llevaron a empresas como AT & T y Accenture a poner fin a sus contratos de patrocinio, lo que le costó perder unos 35 millones de dólares al año en ingresos.
Woods está intentando acercarse a los aficionados con una nueva cuenta de Twitter y con otras apariciones en los medios. «Es hora de hacer una conexión con los aficionados, que se han portado absolutamente increíbles conmigo durante el último año», dijo el jueves a ESPN Radio.
Sin embargo, quizá Woods debería abrir más nuevamente su vida privada. El popular blog de deportes Deadspin calificó su aparición en ESPN como «la entrevista más aburrida de todos los tiempos».
No obstante, no todo es tan malo para Woods, quien todavía recibe más de 60 millones anuales de Nike, Electronic Arts, Procter & Gamble, Gillette y Berkshire Hathaway, entre otras.
EA Sports acaba de anunciar un juego de golf para Facebook que no lleva el nombre de Woods como su consola de videojuegos, pero las autoridades de la compañía dicen que esto estaba planificado y que Tiger sigue siendo valioso para ellos.
«La marca Tiger Woods seguirá siendo el buque insignia de nuestra premiada y ganadora franquicia de golf», dijo Andrew Wilson, vicepresidente de desarrollo de EA Sports en todo el mundo a través de un correo electrónico.
El Tour de la PGA y el golf sin duda le darán la bienvenida al viejo nivel de Tiger, cuyo dominio dio lugar a una creciente base de aficionados, altos índices de audiencia de televisión y lucrativos acuerdos de publicidad y patrocinio.
«El golf necesita a Tiger Woods más que nada», dijo Shabelman. La audiencia promedio de transmisiones de golf del PGA Tour durante los fines de semana se ha reducido durante este año un 21 por ciento, unos 2,8 millones de espectadores este año, según Nielsen.
«Francamente, hasta que Woods empiece a ganar otra vez, no es más que otro jugador de golf», dijo Neal Pilson, ex presidente de CBS Sports y ahora jefe de su propia firma de consultoría deportiva.