Según un estudio de la Cátedra UCM – RFEG Comunicación y Golf, la socialización, el hecho de poder ser practicado por personas de todas las edades y jugarse al aire libre convierten al golf en un deporte muy adecuado para combatir las patologías mentales.
La Cátedra Comunicación y Golf UCM-RFEG ha presentado, en el marco de la Copa Comunicación y Empresas –conjunto de eventos para difundir los valores del golf–, un estudio en el que se pone de manifiesto que las personas que practican golf reflejan menos alteraciones de la salud mental.
La investigación de esta Cátedra Extraordinaria, realizada por los doctores de la Escuela de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid Pilar Martín Escudero, Elena Jiménez Herranz y Manuel Fuentes Ferrer, ha determinado que la población general muestra un nivel tres veces superior de alteraciones de la salud mental que los jugadores de golf.
La investigación, basada en un cuestionario validado por la escala de Goldberg, reunió una batería de preguntas directas porque “en esta materia hay que preguntar de frente”, manifestó Pilar Martín Escudero.
El informe refleja unos resultados “apabullantes”, ya que, de 297 encuestados, tan solo veinte refieren alteraciones de salud mental. Además, un 77% considera que el golf mejora su estado emocional y lo recomienda, especialmente los que han mostrado más probabilidades de deterioro en esta materia y han comprobado en primera persona los beneficios de jugar al golf.
La doctora Martín Escudero aseguró que “está demostrado que el deporte en general ayuda a mejorar la salud mental. Y el golf, en concreto, produce un buen efecto por su necesaria interacción, de manera que practicar este deporte en compañía mejora la salud mental y ayuda a prevenir disfunciones sociales”.
El jugador de golf José Manuel Heras ofreció su testimonio como enfermo del síndrome de Poems, que vio cómo su existencia se truncaba hace quince años al verse postrado en una silla de ruedas. Con trabajo y capacidad de superación, encontró en el golf el deporte perfecto para sus circunstancias llegando a declarar que “el golf me salvó la vida, porque había entrado en una dinámica en la que mi pensamiento recurrente era solicitar la eutanasia”.
Según este estudio, el perfil del jugador de golf con menos probabilidades de deterioro de la salud mental es un hombre mayor de 45 años, casado y trabajador en activo. Además, jugar 18 hoyos por la mañana y con regularidad a lo largo de la semana durante muchos años sería la tendencia para tener menos probabilidad de deterioro en cuanto a salud mental.