Respondía a una entrada de un contacto en Linkedin, Miguel A. R. Donadío, y tras escribirla, me di cuenta de que debía publicarla. Se lo debo a »Mi golf» como diría Michael Robinson QEPD.
Llevo jugando al golf desde 1975, inicialmente con licencia de aficionado 19961 y desde 1991 como Profesional PGA España con licencia 0491-P. He sido testigo directo de la evolución del golf en estos cuarenta y cinco años. Es por esto que paso a comentarte mi visión. Te indico por adelantado que está exenta de ningún tipo de crítica a nadie. Leo y analizo los datos y las evidencias, analizo la situación actual y propongo algunas ideas de soluciones.
Punto de Partida
En la actualidad, a 31 de diciembre de 2019, el número de jugadores activos en
España es de 270.000 en números redondos, sin contar PGA Profesionales. De esta cifra, se observa en este momento la siguiente contracción por edades en una década. La primera cifra corresponde a 31 de diciembre de 2009 y la segunda a 31 diciembre de 2019
Benjamines
Niños 6.155 contra 5.137
Niñas 3.527 contra 2.645
Alevines
Niños 4.167 contra 3.348
Niñas 2.442 contra 1.965
Infantiles
Niños 4.714 contra 3.609
Niñas 2.652 contra 1.930
Cadetes
Chicos 4.686 contra 3.469
Chicas 2.474 contra 1.791
Juniors
Chicos 9.519 contra 7.135
Chicas 4.242 contra 3.345
Mayores (22 a 50 años)
Hombres 141.707 contra 64.802
Mujeres 51.750 contra 21.764
Seniors (+50 años)
Hombres 61.288 contra 106.000
Mujeres 37.264 contra 42.803
En el caso de los seniors hay que indicar que la RFEG modificó la edad de 55 a 50 años, por lo que se produjo un trasvase contable de una categoría a otra en algún momento. El resultado final es que más del 50% de los jugadores con licencia en España tienen 50 o más años.
En diez años hemos pasado de 337.000 a 270.000 aproximadamente, una contracción de un 20%. Lo más destacado es la reducción de todas las categorías de menos de 22 años, con el resultado final siguiente
2010 44.578 jugadores/as
2020 34.374 jugadores/as
Es decir, una contracción del 23%, y esto a pesar de las fuertes inversiones en «Golf en los Colegios», que no funciona aparentemente, salvo casos muy puntuales. Al menos las cifras no lo evidencian.
Decía Regis McKenna en ‘New marketing for uncertain times’ que »uno de los grandes problemas de los directivos es que perseveran en campañas que no dan resultados sólo porque no quieren reconocer que se están equivocando». Los datos no son suposiciones. Son evidencias.
Y la evidencia nos dice que no se está produciendo el recambio de jóvenes. El panorama español actual, y más aún el que renacerá tras la pandemia, les da muy pocas esperanzas de conseguir un empleo al terminar la Universidad y por lo tanto conseguir una renta del trabajo que les permita sufragarse el golf. Dependen de sus padres que ya van a tener muchos problemas con una tasa de paro que va a rondar el 15-20% de la población activa y con más de la mitad de los trabajadores españoles dependientes del Estado. Muchos de nuestros jóvenes talentos deberán emigrar para buscar una vida con futuro más allá de nuestras fronteras, como ya han venido haciendo en los últimos años.
Otro elemento es que en el desglose de las licencias no se declara el número de nacionales y de extranjeros residentes. Si se hiciera así, el número de españoles jugadores de golf sería menor. El turismo residencial en España fue siempre una fuente de ingresos para la nación, desde el punto de vista inmobiliario y desde cualquier otro. Peligra también relativamente, sobre todo el británico por el efecto adicional del ‘Brexit’. Veremos su influencia o no en las licencias en el recuento de enero de 2021.
La gran explosión de licencias producida hasta 2010 no se debe imputar en exclusiva a los grandes éxitos de nuestros deportistas. De hecho, la irrupción de Severiano Ballesteros no produjo la que hubiera cabido esperar. Quizás porque los medios de comunicación no se hacían eco en aquella época en la medida adecuada, y muchos no se pudieron ver en TV. Somos lo que comunicamos.
Si puede observarse algo de tendencia alcista a partir de mediados de los años 90, pero más por la irrupción de Canal+ y sus retransmisiones en Canal+ Rojo o Azul a comienzos de los 90, Vía Digital en 1999-2003, así como por la mejora de la economía tras la crisis inmobiliaria y turística residencial originada por la Primera Guerra del Golfo (1991). De hecho, las mayores subidas tanto interanuales como acumuladas, se producen entre 2000 y 2009, es decir, la década de oro de la burbuja inmobiliaria y de la mejora económica. Una década en la que el único gran triunfo conseguido fue el The Players de Sergio en 2008. Y esto lo digo con todo el cariño y el reconocimiento de lo que supone ganar cualquier torneo de golf profesional. Llevo veintidós años retransmitiendo torneos con los mejores jugadores del mundo y veo como sufren para hacerlo.
En mucha mayor medida se debió a la aparición del Canal de Golf de Canal+ a partir de 2002, que retransmitía todo el golf en directo, algo único en el mundo, y que además emitía programas de educación, enseñanza y entretenimiento. Entraba en los hogares sin permiso y lo veían personas que no eran jugadores, pero que sintieron la curiosidad, se acercaron y se quedaron.
Para corroborar la trascendencia de la economía, baste señalar que a partir de 2010 pasamos a contracciones, a pesar de la gran cantidad de victorias de todos nuestros jugadores, hombre y mujeres, en todos los Circuitos y a que Canal+ continuaba sus retransmisiones. Como ejemplo, desde 2016, año de la irrupción de Jon Rahm, hasta 2020, se han perdido 6.312 licencias adicionales, a pesar también de la victoria de Sergio García en el Masters 2017.
La razón por la que se ralentiza la caída de licencias hay que buscarla más en la mejora económica tras los esfuerzos de los Gobiernos de Mariano Rajoy (2011-2018) en materia de creación de empleo y estabilización de la economía. Empezábamos a recuperarnos de la crisis financiera originada por las hipotecas “sub prime” y la quiebra de Lehman Brothers en 2006-2008, que arrastró a todo el mercado financiero, y a España un par de años después, y que nos acompañó durante cinco o seis años. La economía es la clave número 1 en el impulso y la contracción del número de licencias o jugadores. Y la economía está claro que va a sufrir, y mucho, en los próximos dos o tres años.
Razones para la contracción del mercado
Hay razones sociales, económicas y estructurales que justifican que tenemos un mercado en continua contracción, lenta e inexorablemente, y que probablemente irá a más. Intentaré explicar por qué.
1. Campos. España mantiene en la actualidad unos 350 campos de golf de todo tipo. De estos, muchos viven única y exclusivamente del turismo vacacional. 1.500.000 turistas de golf nos visitaron en 2019, con una media de cinco vueltas cada uno, un total de 7.500.000 vueltas, lo que supondría unas 28 vueltas por cada uno de los federados. Hay muchos federados que no juegan dos vueltas al mes ni en su campo. La crisis post COVID 19 hace peligrar muchos de estos campos. No hay demanda nacional para todos, puesto que deberían tener 770 jugadores regulares de media por cada uno de los campos. NO WAY. Solamente con Madrid, Cataluña y Andalucía nos hemos «comido» más del 60% de las licencias.
2. Crisis. Echando un vistazo a los datos de contracción de licencias por la crisis financiera de 2008 y años siguientes, como hemos visto del entorno del 20% acumulado, nos imaginamos que algo similar, aunque quizás no tan marcado, puede suceder en 2020-22 y siguientes. Además, con el Gobierno actual al frente de la nación, las decisiones económicas que se están tomando son contra el empresariado, el emprendimiento, el trabajo autónomo, la propiedad privada y el trabajo por cuenta propia, claves para poder destinar recursos a un deporte/negocio que se basa justo en lo contrario, y que, aunque haya dado pasos importantes en el sentido de abaratarse y abrirse con campos comerciales y públicos, sigue siendo caro para muchos bolsillos.
3. Mantenimiento y costes fijos. Otro gran problema al que se enfrenta el golf es el de los costes estructurales versus los ingresos variables en los campos. El terreno, la inversión en construcción, el mantenimiento, consumo de agua, el personal y otros, son costes sobre los que poco se puede intervenir que no se haya hecho ya. Y esto hay que repercutirlo en un green fee medio, abono o cuota de socio que no va a estar garantizado. La crisis a la que estamos abocados hará que un porcentaje muy alto de la población tenga que empezar a reducir gastos no indispensables, ocio y deporte entre estos. Y el turismo de golf nacional no podrá ni con mucho cubrir la demanda de los campos comerciales como veíamos antes. El jueves 14 de mayo, lo comentaba D. Gabriel Escarrer, CEO de Meliá Hotels International, en un interesantísimo webminar de ISDI, junto a la CEO de Google, jugadora de golf.
Como ejemplo, los campos de golf de Barcelona se han asociado para generar una Marca y atraer turismo nacional. Una Federación Territorial que ha sufrido una contracción de un 40% de sus licencias licencias, pasando de 46.374 en 2010 a 27.926 en 2020, busca a su clientela en España al no poder traer a clientes extranjeros por las medidas restrictivas de tránsito de personas dentro de la UE. Estamos en un mercado de carestía.
4. Europa. Por dos razones. El hecho de que en España sea obligatorio tener licencia para jugar al golf (cosa que no sucede en todo el mundo), desde luego no ayuda a que el interesado se anime. Por comparación, hay muchos países donde no es necesario salvo que vayas a competir. No entro en la necesidad de si o no la licencia. Ni en su razón de ser, ni estoy en contra. No me lo tomen como una crítica, sino como un hecho. El golf no es solo competición, es también disfrute y ocio, viaje y turismo, sin necesidad de competir de manera reglada.
En segundo lugar, las restricciones de circulación de las que hablaba en el Punto 3, tendrán impacto directo en los federados residentes extranjeros y en los turistas de golf. Así mismo las particulares que dicte el Gobierno de España. Evidentemente esto puede producir una merma de ingresos para las Federaciones Nacional y Territoriales, vía licencias temporales de extranjeros, y castigará a los campos comerciales y turísticos especialmente. No habrá 1,5 millones de visitantes ni 7,5 millones de vueltas a precio de turoperador. Y ya no digo si se producen repuntes del virus en otoño/invierno 2019 antes de contar con una vacuna.
5. Miedo/Confianza. Factores psicológicos que determinan las decisiones que toman las personas. Para lanzarse a un proceso de aprendizaje e incorporación al golf, que es uno de los más largos, el jugador debe tener confianza en todo lo que está a su alrededor, en el trabajo, la familia, la economía a corto plazo, etc… Estos factores pueden detraer a muchas personas hasta que la crisis vaya disipándose.
6. Enseñanza. Tradicionalmente, el golf es uno de los deportes en donde hay más contacto físico entre jugador y entrenador, sobre todo en sus comienzos. El profesional PGA, con su contacto y guía, intenta transmitir las sensaciones al jugador para que mejore su movimiento. Este contacto no será posible debido a la normativa sanitaria en distanciamiento social. No podrá tocar a un alumno que está a dos metros. Por lo que habrá todavía mayor dificultad para el aprendizaje. La USPGA maneja datos de desistimiento de un 30% de los principiantes por diferentes razones, uno de ellos la dificultad del aprendizaje. Este porcentaje puede incrementarse en los próximos años.
7. Material. Es común que los jugadores que comienzan lo hagan con palos del profesional PGA, de la Escuela o del Club. Con lo que nos viene encima, esto será muy peligroso por el posible contagio. Si, desinfectaremos, pero habrá un rechazo a compartir palos con otros jugadores que no conoces y que no sabes si son portadores del virus. No veo a los alumnos con guantes como cuando vas a la compra. Por lo tanto, la necesidad de comprar palos propios en un comienzo puede ser otro factor que encarezca en el comienzo y frene a posibles jugadores.
Por todas estas razones creo que será menor el incremento de nuevos jugadores que en años pasados o la recuperación de anteriores que desistieron, y que no se acercarán por la dificultad que entrañan los tiempos que nos ha tocado vivir. Podría seguir indicando factores, pero creo que los enumerados son suficientes. En la próxima entrega veremos las oportunidades de futuro de nuestro deporte y la gran oportunidad que para el mismo se abre.
Hasta la próxima
Álvaro Beamonte
IG: @alvarobeamontegolf