1995 fue la última ocasión en que un número uno español ganaba el abierto nacional. Fue el gran Severiano Ballesteros, del que se han estrenado varios documentales en las últimas semanas. El mismo recorrido negro del Club de Campo Villa de Madrid, una joya del diseño firmado por el genial Javier Arana, vio levantar el trofeo a un mito.
Veintiséis años después todo estaba preparado para que el otro número uno español, Jon Rahm, igualará a Seve. Pero el golf es caprichoso. Rahm no ha tenido su mejor semana. Quizá el cansancio de una temporada larga y difícil le haya pasado factura.
Detrás, en silencio, un jugador que respira golf por los cuatro costados se fue colocando con opciones de ganar. No ha sido su mejor temporada, perdiendo sus derechos en el PGA Tour. Sin embargo, la calidad de juego de Rafa Cabrera Bello siempre está presente. Es el hombre tranquilo, educado, que tiene en sus vitrinas los trofeos de todas las categorías del golf nacional, más ahora que añade el trofeo principal: el Open de España.
Siendo todo esto trascendente, lo más importante que deja este Open de España es la certeza de que hay futuro. En lo deportivo, Rahm nos dará muchas alegrías, no será el único. Adri Arnaus ha dejado claro que hay que tenerle en cuenta. Tras su cuarto puesto en 2019, ha peleado esta edición hasta el desempate. No es la única buena noticia, David Puig, un amateur que estudia en la misma universidad que Rahm, Arizona State, ha hecho un gran torneo. Adrián Otaegui esta entre los quince primeros un torneo sí y otro también. A ellos hay que sumar otros nombres que no han estado pero que estarán, sin duda, a no mucho tardar. Se me viene a la cabeza Eduard Rousaud, que ha hecho algunos buenos torneos en su debut como profesional, sin olvidar a Álex Del Rey y su impresionante 58 en el Challenge Tour.
En cuanto a la industria, Madrid Trophy Promotion ha demostrado que el golf interesa al público español. Cerca de 40.000 espectadores, de pago, han abarrotado el Club de Campo. Espectadores que llegaron para ver y animar el número uno del mundo y han terminado rompiéndose las manos aplaudiendo a Rafa y Adri. Algo aún mas importante, un seguimiento en Teledeporte que alcanzó picos de 848.000 espectadores, algo impensable en otras épocas. Razones que nos llevan a pensar que el golf tiene futuro entre la próxima generación.