Hoy se cumple una semana desde que el programa de televisión, On The Tee, nos obsequiara con un “unfollow” en su recién creada sección dedicada a las redes sociales.
Para nuestro humilde periódico on line, aparecer en el estreno de dicha sección junto a figuras del golf mundial de la talla de Hank Haney, Sir Nick Faldo y Lydia Ko, es un motivo de orgullo y satisfacción.
También es cierto que, lejos de perder seguidores, alguno que otro hemos aumentado, aunque menos de los que nos hubiera gustado, lo que demuestra que, por desgracia para el programa, pocos espectadores tiene. Aún así, muchas gracias por vuestra mención ya que lo importante es que hablen de uno, incluso, aunque sea bien.
Muchos de nuestros lectores conocen mi pasado en Canal +, editora del programa. Hace ya seis años deje mis responsabilidades y opte por otros caminos. Aunque se me ofreció mi continuidad, antepuse la dignidad a la comodidad. Desde entonces, ni una sola palabra o línea han salido de mi para hablar del trabajo de aquellos que se quedaron, bastantes de ellos amigos y, hoy en día, muchos también fuera de “la casa”.
A pesar de que muchas personas me han instigado a hacerlo, me he negado siempre. Primero, por convicción. Segundo, de haberlo hecho, a buen seguro, me hubieran masacrado con aquello del rencor, el odio o la envidia como fuente de motivación para mis posibles palabras. Los que me conocen bien saben que tengo muchos defectos, pero el rencor, el odio o la envidia no están entre ellos.
Por eso, me extraña la mención del pasado martes. Dicen que no aceptamos las criticas. No. Se equivocan. Lo que no aceptamos son venganzas de medio pelo. Sobre todo, cuando llegan de personajillos que se creen en posesión de la verdad absoluta y con escasos conocimientos de un sector o una profesión donde, como en el deporte del que trata, son muchos y necesarios.
Eduardo Vizcaíno, socio, amigo y Presidente del grupo que edita este digital, los definió a la perfección en su MonoloGolf titulado “Tontos por el golf”. En nuestra redacción se cometió un error y yo, como director, asumo sus consecuencias. Hay una línea muy fina entre el plagio y la inspiración. La redacción, nosotros, la traspasamos con claridad. Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
Asumimos nuestra responsabilidad, lo que no aceptaremos de ninguna manera son presiones de nadie y, mucho menos, de aquellos que para promocionar nuevos programas se dedican a usar “sketch muy representados y que sólo intentamos hacer nuestra pequeña versión”, (sic. del director del Canal).
Podría desde este periódico, que diariamente reciben más de 18.000 aficionados al golf, desenmascarar a muchos compañeros. Demostrar que promos, artículos, estudios de material, comparativas son, como poco, muy parecidos a otras publicados en medios internacionales, lo mismo que el corta y pega de las notas de prensa que recibimos todos los medios.
Pero no merece la pena.
Nuestro trabajo nos cuesta llegar a estar presentes en eventos de relevancia, organizarlos y crear puestos de trabajo, como para ceder ante terceros y mafias acostumbradas a campar por los greens cuan ganado por el pasto creyendo que tienen bula para hacer y deshacer a su antojo acostumbrados a que los demás agachen la cabeza.
Nosotros no.
Cuando no lo conseguimos, nos retiramos. Cuando lo logramos, luchamos honradamente para defender lo que es nuestro. Es decir, aceptamos y comprendemos la competencia en un sector. Durante mucho tiempo, esta industria del golf no ha visto una empresa independiente que no se deje manejar y que ejerza su libertad sin presiones de grupos e instituciones. No está acostumbrada a ello.
Todos tenemos esqueletos en el armario. Por suerte, los míos caducaron hace mucho tiempo. Como lo hicieron los viajes de incentivos de algunos patrocinadores que nunca acepté. Cosa que, hoy en día, no pueden decir algunos de los que se han quedado y que visten el cargo aceptando las prebendas que por el puesto le ofrecen los proveedores e interesados lameculos que, como en todas las industrias y sectores, existen.
No pienso criticar algo que lleva mucho de mi trabajo y esfuerzo y que es parte imborrable y orgullosa de mi vida, (aunque entonces el canal se llamara Golf +). Lo mismo que me cuesta entender que un periodista titulado haga una critica y de una información sin contrastar a las dos partes intervinientes en el asunto y que se utilicen amenazas veladas para intentar perjudicar nuestros intereses y los de nuestros colaboradores.
En todo caso, fiel a mis principios y a mi filosofía de vida, seguiré en mi cárcel on line y mantendré mi condena del silencio de la que, de momento, ya he cumplido seis años y un día.
Y si alguien considera que merecemos otro “unfollow” aquí os dejo mi twitter personal y el de nuestro periódico Golf Confidencial para que hablen de nosotros, aunque sea bien.
@golfcom
@oaks63