23 de noviembre de 2024

Decepción Olímpica

No es el golf un deporte de larga tradición en los Juegos Olímpicos. En realidad nunca ha sido considerado como tal. Las únicas medallas de oro de este deporte datan de 1900 en París donde se colgaron el oro los estadounidenses Margaret Ives Abbot y Charles Edward Sands. Cuatro años después, en St. Louis, solamente se disputó la categoría masculina, el oro fue a parar al pecho del canadiense George Seymour Lyon.

Más de cien años después, nuestro deporte volverá a ser olímpico en Rio de Janeiro. Todos teníamos la ilusión que en 2020 el Club de Campo de Madrid, tuviera la ocasión de ver en acción a los mejores jugadores del mundo, disputando una medalla y por que no, un español, en lo más alto del podio.

Ya no será posible. Un centenar de señores del Comité Olímpico Internacional han decidido, no se sabe con que razones, otorgar la organización a la ciudad de Tokio.

Japón es uno de los países donde el golf es religión. Aunque no sea frecuente ver a jugadores en el concierto internacional, lo cierto es que su circuito nacional es muy potente. Tiene el apoyo de grandes patrocinadores y de los medios de comunicación.

Es habitual ver en los grandes torneos internacionales, a las cadenas japonesas con un despliegue que solo iguala la televisión local, a pesar de que en la  mayoría de las ocasiones, los horarios en el archipiélago del sol naciente son de madrugada.

Por ello la oportunidad de tener los Juegos Olímpicos en Madrid, hubiera sido un punto de apoyo muy importante para hacer crecer el golf. A poco que las instituciones se hubieran puesto a ello.

Ahora, sin ese horizonte de ilusión colectiva, seguiremos anclados en los mismos viejos paradigmas que no han funcionado para hacer crecer nuestro deporte.

@oaks63

 

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