24 de noviembre de 2024

RACE, La Moraleja: Los socios declaran la guerra

RACE, La Moraleja: Los socios declaran la guerra

Hace menos de 48 horas se desarrollaron, en dos de los clubs mas selectos de la capital de España, sendas asambleas de socios. Ambas por razones diferentes, pero con el mismo trasfondo, terminaron de forma semejante.

Socios indignados, termino muy de moda últimamente, en contra de sus respectivos órganos de gobierno. Parece increíble que instituciones dedicadas al ocio y disfrute del deporte, puedan verse involucradas en acusaciones de malversación de fondos y mala gestión, por ser suave en los términos.

El Real Automóvil Club de España, creado en 1903, esta en venta. Esto es al menos lo que pretende la actual Junta Directiva, aunque un gran número de socios no esta de acuerdo. No se entiende la venta de sociedades, que hasta la llegada al poder de los nuevos rectores, ofrecían beneficios año tras año. La nula transparencia en el proceso, según los grupos opositores, tampoco ayuda. Así las cosas la asamblea de socios terminó muy de madrugada pidiendo dimisiones a gritos y nuevas elecciones.

Muy cerca, en la exclusiva urbanización de La Moraleja, los ánimos no están mucho mejor. Hace poco este club, al que pertenecen miembros de la alta sociedad capitalina, obtuvo gracias al desarrollo urbanístico de unos terrenos colindantes al campo 2, unos ingresos que lo convirtieron en el club más rico de España.

Ingresos utilizados en la compra de la finca Soto de Mozanaque, donde se desarrollan dos nuevos campos, para dar servicio a los mas de seis mil socios de club, y lavar la cara a las instalaciones actuales.

Nada que objetar hasta aquí, si no fuera porque en el desarrollo de ambas líneas de actuación, se han detectado el pago de sobreprecios en obras y servicios, que según las demandas presentadas por los socios de la oposición, alcanzan los 40 millones de euros.

No es de extrañar, que el notario presente en la asamblea, anulara las votaciones cuando un socio indignado, la emprendió a golpes con la urna al sentirse ultrajado en sus derechos.

En ambos casos la batalla no ha hecho más que comenzar, habrá que estar atentos a las consecuencias.

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