Ver a Sergio García entre los primeros del Abierto de los Estados Unidos siempre es una buena sensación, sobre todo tras su paso por el Fedex St. Jude Classic. Venía de pasar las clasificatorias, y el torneo de Memphis – en el que se había inscrito como última oportunidad – estaba en el camino de Washington.
Tuve la oportunidad del charlar el pasado sábado en la RSHCC, durante la celebración de nuestro Objetivo St. Andrews, con una persona muy cercana al de Borriol, quien me confirmó este extremo.
“No estamos preocupados” fueron sus palabras. “Sergio esta bien, muy ilusionado con este torneo. Tanto que llamó a sus padres nada más clasificarse, a la tres de la mañana, para contagiarles su alegría”. Continuó nuestro interlocutor. “A Memphis tenía que ir estaba inscrito pero no estamos preocupados por el resultado del primer día”.
Habrá que confiar. No es la primera vez que Sergio inicia un torneo en cabeza, es su sitio natural. Y no es la primera vez, que llega a la última jornada de un Abierto de los Estados Unidos con posibilidades reales de llevarse la victoria. Casi siempre Tiger Woods le arrebato la gloria. En Congressional, no esta el “tigre”, un rival menos.
Quien si esta en Washington es Rory McIlroy, como juega al golf este chico. Ayer estuvo magistral, en un campo que no terminó de mostrar sus garras, y eso que los diabólicos oficiales de la USGA volvieron a dejar los “greenes” muy rápidos. Tanto que se presentaron marrones en la primera jornada.
Volviendo al norirlandés, si como afirma, la experiencia del Masters de Augusta le ha enseñado algo, cuidado con él. Cerca tendrá dos grandes rivales, que ya conocen los que es ganar un grande. Y.E Yang que se lo arrebató al mismísimo Woods y Schwartzel que se enfundó la chaqueta verde que parecía predestinada a reposar en sus hombros.
Cal y arena en el resto de la representación española. Álvaro Quirós, décimo, no transformó en resultado su juego, pero se aguantó sobre el campo, buen síntoma. Miguel Ángel Jiménez, tiene complicado seguir el fin de semana, pero si hay algo que caracteriza al malagueño es su garra, hay motivos para la esperanza.