Me gustaría en primer lugar presentar mis más sinceras disculpas a los fieles seguidores del GolfConfidencial.com. No es de recibo que un medio que pretende ser novedoso y actual, se permita colgar la crónica de uno de los eventos deportivos más importantes del mundo a media mañana. Podría alegar motivos ajenos a la voluntad del GolfConfidencial, pero tras muchos años de bagaje en medios de comunicación, he aprendido que el lector, el televidente, el oyente, el internauta no tienen porque pagar las consecuencias de fallos ajenos. Aunque estos fallos se hayan originado en áreas donde el medio de comunicación poco ó nada puede hacer. Reitero mis disculpas y trabajaremos en pos de que estos fallos no se vuelvan a repetir.
Ahora vamos con la buena noticia. Álvaro Quirós, por fin ha dominado a la bestia. A la tercera fue a la vencida. Desde el momento en que el gaditano tuvo la oportunidad de asistir al Masters, muchas fueron la voces que hablaron de un campo a su estilo. Comentarios que debieron calar en el jugador, mostrando su frustración, al no pasar el corte en su primera participación. La segunda no fue mucho mejor. En esta ocasión, excepción hecha del fallo en el catorce – la pinaza del Augusta National es muy traicionera – ha jugado una primera vuelta perfecta.
Ahora es el momento de poner los pies en el suelo. Es muy de nuestra idiosincrasia, vender la piel del oso antes de cazarla y el Augusta National, no es precisamente un peluche.
Hay una frase que llevo oyendo desde el primer día que paseé por la Magnolia Lane: “El Masters se gana en los últimos nueve hoyos del domingo”. No puedo estar más de acuerdo. Ahora, Álvaro Quirós, debe mantenerse tranquilo hacer su juego y llegar a esos nueve últimos hoyos con opciones. No hay otra manera de ganar en Augusta.
El partido del aparcamiento
Otras de las tradiciones de este torneo de tradiciones, es el golpe inaugural. Ayer los encargados de este emotivo acto fueron Arnold Palmer y Jack Nicklaus. Reconocidos como dos de los mejores jugadores de la historia, además de dos grandes amigos.
No siempre fue así, al menos a los ojos de la prensa de su época. Palmer, diez años mayor que Nicklaus, fue el primer gran mito del golf norteamericano. El primero en tener un grupo de “fans” que le seguían, “Arnie’s Army”. Nicklaus era visto como el chico que quiere desbancar al héroe.
Esta supuesta enemistad se fue agrandando en los medios, sobre todo, al no ser vistos jamás jugando juntos ó charlando amigablemente.
Todo cambio un miércoles de abril. Ambos coincidieron en el aparcamiento para jugadores del Augusta National. Y tuvieron una conversación que debió ser algo así:
– ¿Oye Jack tienes con quien jugar hoy?
– No
– ¿Que te parece si practicamos juntos?
– Perfecto
Fue la ronda de prácticas más seguida de la historia. Jamás se ha vuelto a poner en tela de juicio la amistad y el respeto que ambos se profesan. Amistad y respeto que se mantiene hasta el día de hoy.