Malos tiempos

Cualquier profano en el mundo del golf podría pensar que este deporte sigue en auge en nuestro país. No hay más que repasar las noticias de las última semanas y se confirmaría tal sensación.

Pablo Martín, aunque fuera en el 2010, revalido su título en Sudáfrica. Manuel Quirós “casi” estrena su palmarés en East London (Sudafrica) y sin ir más lejos Álvaro Quiros tras su segundo puesto en Qatar, bien secundado por Rafa Cabrera Bello, tercero, se llevo el triunfo en Dubai.

A todo esto hay que añadir, la bien merecida, capitanía de José María Olazábal en la próxima Ryder Cup.

Lo dicho, a ojos de un neófito miel sobre hojuelas. 

Sin embargo los que nos dedicamos a “esto”, desde hace algún tiempo, tememos la obligación de rascar un poco más. Y rascando vemos problemas. Graves problemas en el sector del golf. Los campos de Andalucía, que antes “despachaban” green-fees, ahora se las ven y se las desean para venderlos. Agónica es la situación de los campos gaditanos. Sancti Petri no levanta cabeza, como denunciaba no hace muchas fechas, Carlos de Avilés, Director Gerente de La Estancia Golf, en el digital del Diario de Cádiz. Entrevista que han podido leer en estas páginas. Arcos Garden tampoco está mucho mejor. La emblemática Dehesa de Montennmedio, otrora reducto de “vips”, acaba de cambiar de manos.

El “ladrillo” se ha desvanecido y arrastra en su caída proyectos ligados de una u otra manera al sector del golf . La caída del turismo, sobre todo el proveniente de Gran Bretaña, tampoco ayuda.

Por si faltaba algo, los enemigos de siempre: los ecologistas, con su  “ nosotros ya lo advertimos”. Intentando, además, torpedear la candidatura de la Ryder Cup en Tres Cantos.

Por si todo esto no fuera poco, los promotores de torneos profesionales y amateurs tampoco están en su mejor momento. Las Comunidades Autónomas han cerrado el grifo y afecta de una manera muy directa a los eventos programados para el 2011. Algunos están en la cuerda floja, otros tendrán que hacer encaje de bolillos para subsistir. Eso cuando se abonan los patrocinios pactados, que no siempre sucede así, como bien saben algunos promotores.

Del nulo crecimiento, cuando no el descenso, en el número de licencias, mejor no hablar.

Parafraseando a Germán Coppini y Teo Carralda, los inefables Golpes Bajos: “Malos tiempos para lírica” y para el golf no digamos.

Hasta la próxima.