La compañía Air Berlin, encargada de las principales conexiones entre el aeropuerto de Jerez y Centroeuropa, cobra desde ayer a sus pasajeros una tasa de 50 euros por trayecto por el transporte de bolsas de golf. La tarifa duplica la vigente durante el último tramo de 2010, cuando la aerolínea empezó a reclamar 25 euros por trayecto a los jugadores que transportan su propio equipo hasta el destino, la enorme mayoría. Con las nuevas condiciones, si el viajero no realiza una prereserva de la plaza para su bolsa deportiva con 48 horas de antelación a la salida, la penalización se incrementa hasta los 100 euros por trayecto. La medida provocó ayer los primeros problemas a usuarios en la terminal jerezana y ha causado estupor en el sector turístico de Cádiz, que entiende que este sobrecoste es «la puntilla» para la temporada baja en la Costa de la Luz.
Air Berlin es la tercer aerolínea con mayor tráfico en Jerez tras Iberia y Ryanair, pero su papel es decisivo porque actúa como enlace con ciudades alemanas durante todo el año, bien de forma directa, bien con escala en su centro de operaciones (hub) en Palma de Mallorca. Además, la compañía permite la reserva de plazas en sus aviones a los touroperadores europeos (organizadores y vendedores de viajes), por lo que el encarecimiento de las tasas a los jugadores de golf afecta en cadena a la intermediación y al cliente final.
El director comercial de Hipotels en la provincia (siete hoteles), Dusan Ocepek, se mostró perplejo por la decisión de Air Berlin. «Estamos haciendo encaje de bolillos en el destino para intentar trabajar en invierno, mucha gente trabajando a pérdidas, y ahora nos encontramos con esto. Una pareja que quiera venir a jugar a Cádiz tendrá un plus de 200 euros en sus billetes, y encima es algo que se hace con total alegría. Es una noticia nefasta que traerá problemas«, criticó.
El presidente de la Asociación Provincial de Hoteleros, Stefaan De Clerck (180 asociados), conoció ayer la noticia y coincidió en su valoración negativa: «Supone más dificultad y más trabas para llegar al destino. Es una noticia negativa y afectará a la estacionalidad porque en invierno el jugador de golf es un cliente fundamental para nosotros», vaticinó el hotelero.
Air Berlin vuela a Jerez este verano desde Palma de Mallorca tres días a la semana y desde Düsseldorf, Berlín y Viena un día a la semana. Son las únicas conexiones con Centroeuropa, a excepción de la de Ryanair a Frankfurt, también estacional (su política de equipajes es aún más severa). Los precios de los vuelos directos parten de 200 euros -llegan a triplicar ese precio- y, con escalas, de 350 en tarifas ventajosas. El recargo por la bolsa de golf es, por eso, un sobrecoste a tener en cuenta. Así lo señaló Oliver Günther, director de Villanueva Golf, en Puerto Real. «Es una amenaza tremenda para los campos de golf y para el destino. Es la pérdida de muchos turistas, más estacionalidad, menos negocio y más paro. Muchos clientes no van a asumir un coste tan alto, y encima para vuelos que en su mayoría no son directos. Podremos abrir una tienda de palos en el aeropuerto. Quizás nos vaya bien», ironizó.
Air Berlin impone la tasa sobre los palos de golf en todos sus vuelos y aeropuertos, pero el problema se agrava en Cádiz por la dependencia que tiene el destino de esta aerolínea, única conexión «regular» con Europa y socia de los grandes mayoristas TUI y Thomas Cook.
Los campos de golf de la provincia sufren una crisis profunda por la escasez de turistas, derivada en parte de la nula conectividad del aeropuerto de Jerez, que este invierno no ha tenido vuelos directos con Alemania por segunda temporada consecutiva. La agrupación de campos AlÁndalus y varios hoteleros protagonizaron a principios de año un intento de recuperar vuelos con Europa, pero la iniciativa fracasó sin respaldo institucional ni de los touroperadores y tampoco habrá enlaces la próxima temporada baja. La tasa de Air Berlin para el golf es el remate para los números rojos que sufre el sector.
Ayer, varios hoteleros iniciaron movimientos ante los touroperadores para intentar buscar una solución que, a priori, es improbable.