Los greenkeepers, o responsables del mantenimiento del campo de golf, ya pueden contar con la ayuda de Maya, su nuevo asistente personal. Este software facilita el mantenimiento de estos terrenos deportivos adaptándose a las realidades del cambio climático y la evolución de la legislación.
Mediante inteligencia artificial, Maya explota los datos recogidos sobre el terreno y los cruza con Big Data.«Nuestro software SaaS procesa la información recogida por sensores conectados (sondas de suelo, estaciones meteorológicas, etc.) y las observaciones suministradas por los responsables del mantenimiento del campo. Todo se compara y se pone en perspectiva con datos históricos y conocimientos científicos», explica Valentine Godin, ingeniera medioambiental y fundadora de la joven startup GVE Europe, creadora de Maya.
«Esta innovadora tecnología permite una gestión de mantenimiento precisa en los campos de golf, mediante predicciones escalables y personalizadas para cada usuario». Un proceso en línea con la cuarta revolución agrícola, que pone la inteligencia artificial, el IoT y los drones al servicio de la gestión del mantenimiento del campo y los recursos naturales.
Una fusión estratégica para una solución integral
La última incorporación a Maya incluye ahora también la gestión de la maquinaria de los campos de golf, gracias a la adquisición del software TGS Maintenance, desarrollado por la empresa francesa Turf-GS.
Esta herramienta ofrece a los greenkeepers, mecánicos y otros profesionales del mantenimiento del terreno deportivo una mayor visibilidad sobre el estado de su maquinaria. Para ello, digitaliza el manual de mantenimiento de los equipos, para agilizar las tareas del equipo mecánico y ahorrar tiempo.
Una solución completa para reducir costes
Gracias a su gestión de precisión, la aplicación ayuda a los clubes a realizar la transición ecológica y a controlar sus costes. Permite actuar sobre cuatro grandes problemas a los que se enfrentan los responsables del mantenimiento del campo de golf:
- Un control más preciso del riego, que permite ahorrar hasta un 30% de agua.
- Una predicción de enfermedades de hasta 72 horas. Enfermedades como la fusariosis fría, la antracnosis, la spring dead spot o dollar spot (o cualquier otra a medida), que son los principales problemas de los campos de golf en la actualidad.
- Una gestión más eficaz de los insumos (arena, nitrógeno, etc.), que permite un ahorro sustancial para los clubes de golf.
- Optimización de costes de mantenimiento de las máquinas y aumento de la vida útil gracias al mantenimiento preventivo y a la supervisión mecánica completa.
La innovación como resultado de la restricción
Detrás de la innovación de Maya se esconde una verdadera limitación. Muchos países han prohibido, o prohibirán a corto plazo, el uso de pesticidas en espacios públicos, y en algunos casos de productos naturales de biocontrol, aunque se utilicen en la agricultura ecológica. El objetivo de «cero fitosanitarios» ya está en la agenda en Bélgica (desde 2018 en la Región Valona), y pronto en Francia (2025), Suiza (2030), Reino Unido y España.
El resultado es la proliferación de enfermedades y campos intransitables, que suponen una amenaza directa para el deporte. Para los aficionados al golf, el césped tiene que estar impecable para que la pelota ruede por el campo. Con esta normativa los greenkeepers tendrán que luchar contra la sequía y las enfermedades.
«La tecnología es una ayuda inestimable cuando el margen de maniobra es cada vez más limitado», afirma Valentine Godin.
Desarrollos futuros
En menos de un año, tras una exitosa ronda inicial de recaudación de fondos de medio millón de euros, la plataforma Maya ya ha conquistado cerca de 25 clubes de golf en Bélgica, Inglaterra, Dinamarca y Francia.
En España, nada menos que los campos de golf Infinitum y Camiral han empezado recientemente a trabajar con Maya.
El objetivo es tener 100 campos de golf en funcionamiento a finales de 2023. La startup también está en fase piloto para implantarse en el sector agrícola. «Maya tiene una razón de ser para cualquier terreno que esté directa o indirectamente afectado por la gestión del agua, los insumos y las enfermedades, ya sea a nivel medioambiental o económico», afirma Valentine Godin.