Parece que el resto de rivales, o al menos los más fuertes, se ponían de acuerdo en allanarle ligeramente a Jon Rahm el camino hacia un posible título pues si bien el vasco encontraba ciertos obstáculos en su tercera vuelta al recorrido de Massachusetts, los oponentes terminaban por encallar directamente.
El español se defendía como podía, batiéndose el cobre en cada hoyo, pasito a pasito, con minuciosidad y precisión, para terminar lamiéndose solo un poco las heridas que el campo le hizo en la tarjeta, 71 golpes con cuatro birdies, tres bogeys y un doble bogey en el 18, su mayor contratiempo pero un mal muy menor teniendo en cuenta al resto. Porque si él terminaba con 71, peor le fueron las cosas a Rory McIlroy, su gran rival (73), quien ha caído hasta el séptimo puesto empatado y está a tres del español. En estos momentos, toda ventaja es importante.
Por encima de Rahm solo hay dos jugadores. Un desconocido y sorprendente Will Zalatoris, autor de 67 golpes cuatro birdies y un bogey) y con una subida de 15 posiciones en la tabla, y Matt Fitzpatrick, empatado con él tras presentar 68 impactos.
Como decimos, Rahm supo parar a tiempo la sangría en el »día del movimiento», no así otros cuantos que lo sufrieron a un nivel mucho mayor y que, probablemente, dijeron adiós a cualquier opción tanto de título como siquiera de entrar en el top 5, como es el caso de Dustin Johnson (71), Hideki Matsuyama (72) y Collin Morikawa (muy diluido con un 77) quedándose los tres con +2 de acumulado; Jordan Spieth (72 y +3), Marc Leishman (73 y +4); Justin Rose (74) y Brooks Koepka (75) y ambos con +5 de acumulado o Bryson DeChambeau, con una ronda de 76 impactos para descender 15 posiciones y quedarse con un total de +8.
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Fotos: PGA Tour
