En líneas generales, el debut de los españoles en el US Open levantó más ilusión de la que luego regaló sobre el campo. Se salvó de la quema Rafa Cabrera Bello con un gran inicio que le ponía a tres golpes del liderato, Rahm salvó los muebles, Adrián Otaegui no perdió demasiado terreno y tanto Sergio García (otra vez un comienzo con muchas dudas) y Eduard Roussaud pagaron un peaje muy alto, especialmente este último, todavía amateur.
Rafa Cabrera Bello fue, como decimos, el mejor de la Armada, con 68 golpes y poniéndose cerca del líder (Justin Thomas acabó con 65). Parece que el canario se ha encontrado cómodo en un campo no excesivamente asequible y que ha puesto en apuros a muchos, pero no a él.
Ha sabido cazar bastantes greenes y tirar por la calle, no teniendo que tirar de repertorio para solventar excesivos problemas.
Jon Rahm le sigue inmediatamente después a un golpe. El de Barrika ha mantenido una buena regularidad con tres birdies y dos bogeys y ha sido el jugador sobre el campo que más greenes ha cazado, lástima que no se hayan transformado en más birdies con los que colocarse arriba del todo debido al putt, arma que no le ha terminado de funcionar como él hubiese querido.
Mal Sergio García con +4, empezando de nuevo un torneo importante con demasiados problemas, dos dobles bogeys incluidos. El campo le penalizó en exceso y no terminó de levantar el vuelo, quedando incluso por detrás de un Adrián Otaegui que se mostró seguro en su juego y que mantuvo altas prestaciones. Salvó la jornada y pudo mantener sus opciones de pasar el corte sin muchos problemas.
Se estrenaba Eduard Rousaud y le pudo quizá la responsabilidad, el campo o el propio torneo, pues se fue largo, (+6), y ha sufrido más de lo previsto. Desde luego, un inicio así no le gusta a nadie y menos en un Major, y el mal comienzo le ha ido lastrando el resto de la vuelta. Tiene otros 18 hoyos para jugar con más calma y temple y eso quizá le ayude al menos a marcharse con buenas sensaciones.
