No ha sido fácil por las condiciones del campo, un Shinnecock Hills que recibió críticas bastante duras de los jugadores y que obligó a la organización a replantearse su estado, obligando la USGA a un cambio de rumbo para que, de cara al final de este domingo, el recorrido fuese al menos jugable.
Sin embargo, había un hombre ajeno a todo eso, pensando únicamente en la victoria y en levantar el trofeo, y no es otro que Brooks Koepka, bicampeón, el único de este siglo, y que se une a un selecto grupo de otros seis nombres entre los que están Willie Anderson (1903, 1904 y 1905), John McDermott (1911 y 1912), Bobby Jones (1929 y 1930), Ralph Guldahl (1937 y 1938), Ben Hogan (1950 y 1951) y Curtis Strange (1988 y 1989). Él es el séptimo jinete.
Con 28 años y en la cima de su carrera por edad y resultados, Koepka ha demostrado ser el más todoterreno de los presentes, superando incluso a un Dustin Johnson que venía en modo exhibición en los dos primeros días (69 y 67 golpes), que sucumbió en el tercero (77) y que después, en el cuarto, no supo recuperar el terreno perdido (70).
Como decimos, tras mejorar levemente el campo, Koepka vio la oportunidad necesaria para salir a por todas. Entregó una vuelta de 68 golpes (cinco birdies y tres bogeys) para terminar con un acumulado de +1, muestra de la dureza del recorrido, a uno solo de diferencia de un Tommy Fleetwood que salía antes que él y que voló desde el minuto 1 para poner en apuros a todos los presentes y para casi hacer la machada, pues terminar con 63 golpes (ocho birdies y un bogey) en Shinnecock Hills no es tarea sencilla; de hecho, es la vuelta más baja en la historia del US Open.
Koepka partía con +3, igualado con Dustin Johnson, Tony Finau y Daniel Berger, pero pronto comenzó a dejarles atrás a golpe de birdie, mientras que el resto no podían responder. Olvidados sus problemas de muñeca (tres meses en el dique seco y sin poder acudir siquiera a Augusta), se dejó llevar, bombardeando hoyo tras hoyo pero jugando con suma inteligencia, como era necesario, y también con tranquilidad: »El US Open requiere mucha disciplina. Tienes que estar muy bien con el putter y dejar que, poco a poco, las cosas sucedan solas. Me ha gustado el reto, me ha gustado ponerme al límite. A veces sientes cómo te falla la mente y todo se viene abajo pero eso es precisamente lo que a mí me gusta, con lo que más disfruto».
Tras Fleetwood terminó el citado DJ (+3), a quien el putter decidió no ayudarle este domingo, y un golpe por detrás, Patrick Reed (+4) y Tony Finau (+5).
Más abajo encontramos a Henrik Stenson (71 y T6), Justin Rose (73 y T10), Matthew Fitzpatrick (70 y T12), Hideki Matsuyama (66 y T16), Rickie Fowler (65 y T20) y Justin Thomas (74 y T25).
En cuanto a Rafa Cabrera Bello, decir que el canario concluyó en el puesto 36 con una ronda de 73 golpes (birdie y cuatro bogeys).
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Fotos: US Open