El día del movimiento se saldó con desesperación, con quejas y más de un comentario de desaprobación para la USGA: se habían pasado con el campo.
Un recorrido que hacía 14 años no albergaba un torneo de estas características era por algo, y se ha demostrado. De nuevo el viento volvió a hacer de las suyas, poniendo los greenes duros cual cemento, obligando a que la bola únicamente pudiera caer en un punto exacto y minúsculo si no querías que saliese rebotada a saber en qué dirección (e incluso parada en green, que un golpe que de normal entra, te obligue a prácticamente tripatear para llegar al hoyo).
»Se les ha ido de las manos», »han perdido el control», »el cambio ha cambiado una barbaridad, así es imposible», »se han equivocado en el planteamiento»; estos y otros mensajes eran los que continuamente se escuchaban en la casa club al término de la jornada de boca de nombres como Dustin Johnson, Zach Johnson, Justin Rose, Phil Mickelson o Ian Poulter, pesos pesados en la competición.
Ello obligaba a la USGA a dar la señal de alarma y mandar un mensaje claro a cada uno de los responsables de preparar el campo: había que ralentizarlo de cara a este domingo, »necesitamos un campo que se pueda jugar, hoy era imposible». El viento y el calor sacaron a la bestia poco después de las de las dos de la tarde, y ya no la volvieron a poder domar, con vientos de más de 30 km/h que endurecían cada vez más los greenes, subiendo la media de golpes y la producción de bogeys y golpes con el putter.
Volviendo al tema competición, decir que Dustin Johnson, uno de los perjudicados (no el que más), veía como su juego agresivo con el driver tenía que ser más conservador, y se encargó de ajustar más y arriesgar lo justo, y perdió el liderato en solitario. Estaba en -4 y terminó con +3 (ya no hay nadie bajo PAR ni siquiera igualando al campo), y le han igualado Tony Finau y Daniel Berger (ambos con 66 en el turno de la mañana) y Brooks Koepka (72), mientras que DJ se iba a los 77 (diez golpes más que el dia previo con un birdie, seis bogeys y un doble bogey).
Quién lo iba a decir, de estar Berger y Finau a un solo golpe de fallar el corte a salir en el partido estelar, paradojas del golf. Salían con +7 y le recortaron toda la distancia que tenía al número 1 del mundo cuando Shinnecock Hills todavía era jugable, mientras que Koepka, actual campeón del torneo, lo hizo por la tarde y demostrando experiencia y, sobre todo, tranquilidad.
Por detrás suyo ha caído una posición Justin Rose (73 y T5), otro de los que podían salvarse sin demasiados daños de la quema, y en sexta posición está Henrik Stenson (74). Ascensión de 51 posiciones de Kiradech Aphibarnrat (68) para colocarse séptimo. En el décimo lugar está Ian Poulter (76) junto con Branden Grace o Tyrrell Hatton, entre otros, mientras que Justin Thomas caía hasta el puesto 16 con 74 impactos y +8.
Tommy Fleetwood se iba hasta los 78 y su caída paraba en el puesto 23, ya con +9 en el total mientras que si seguimos bajando en la tabla aparecen Louis Oosthuizen (75 y +11), Matthieu Pavon (74 y +12), Hideki Matsuyama (79 y +14), Rickie Fowler (84 y +16) o Phil Mickelson (81 y +17), este último con un curioso incidente en el que sin darse cuenta (o dándosela, no sabemos bien), en el green del hoyo 13, fallaba un putt y se iba detrás de la bola para golpearla nuevamente sin que esta se hubiese parado, en dirección hacia el hoyo, una acción que, lógicamente, le acarreó una penalización de dos golpes (terminó el hoyo con un total de 10 golpes).
En cuanto a nuestro representante, Rafa Cabrera Bello, decir que se ha ido hasta el +10. Está en el puesto 16, dentro de lo que podría considerarse como satisfactorio dada la jornada (76 golpes con un doloroso tripateo en el 18 que le costó el triple bogey), por lo que de hacer 70 o 71 golpes tendría muy cerca el top 15.
Así las cosas, complicado o casi imposible hacer un pronóstico de cara al último día. Lógicamente el favorito es Dustin Johnson, si bien Koepka no se dejará sobrepasar tan fácilmente. Veremos a ver si el viento no hace de las suyas y si, efectivamente, el campo ha podido mejorar en menos de 24 horas. Todo sea por el espectáculo.
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Fotos: PGA Tour
