Con una tarjeta de 71 golpes, uno sobre el par, el español se ha colocado en una plaza que aun le mantiene con opciones al triunfo, ya que está a seis golpes del líder provisional, el alemán Martin Kaymer.
El segundo Gran Slam de la temporada, el Open de Estados Unidos, está dejando un buen sabor de boca a Larrazábal, quien está peleando de tú a tú con nombres de la talla de Phil Mickelson, subcampeón en seis ocasiones y firmante del par, con 70 golpes. Por su parte, Rory McIlroy sumó 71 golpes, uno menos que Miguel Ángel Jiménez.
El malagueño sigue en posesión del mejor final de un golfista español en esta cita, aunque Larrazábal va en pos del récord, ya que llegó ser colíder con -1 en los primeros hoyos de la jornada, hasta que los dos bogeys finales le hicieron caer en la clasificación.
Miguel Ángel Jiménez se vio comprometido por sus dolencias en el codo: “No puedo estar contento, ni descontento. He jugado bien y me habría gustado acabar al par, pero esto es cuestión de paciencia y aún queda mucha tela que cortar”. Sergio García iniciaba de manera muy irregular el recorrido (73 golpes), aunque su actitud positiva puede hacerle cambiar las tornas a partir de ahora: “Estoy contento porque al menos nos hemos aguantado y seguimos ahí en pie”.