El norirlandés Rory McIlroy, que dejó escapar una ventaja de cuatro golpes en la última ronda del Masters, tomó el jueves la delanteraen el U.S. Open, al entregar una tarjeta de 65 golpes, seis bajo par.
Si sigue jugando así, McIlroy, de 22 años, podría tener una oportunidad de revancha en un “major”, tras el derrumbe que sufrió en Augusta.
McIlroy tomó una ventaja de tres golpes sobre el surcoreano Y.E. Yang y sobre el golfista que terminó vistiendo la cahqueta verde en el Masters, el sudafricano Charl Schwartzel.
Un sorprendente Alexandre Rocha, brasileño, se colocó en cuarta posición con 69 golpes, dos bajo par, a cuatro impactos del líder, posición que comprte con el australiano Scott Hend el coreano Kyung –tae Kim, el ganador de The Open Luois Oosthuizen y Sergio García. El castellonense mezcló una ronda de cuatro birdies por dos bogeys doloroso sobre todo el que cerró la vuelta.
Por su parte Álvaro Quiros, no logró transformar su buen juego en resultados presentando una tarjeta de 70 golpes, uno bajo el par, situándose en décima posición. Peor le fueron las cosas a Miguel Ángel Jiménez 77 golpes, mucho tendrá que pelear el malagueño para salvar el corte. Los tres comparten partido y saldrán al campo a la 13:44 hora española.
Destacar en el grupo de los cuartos clasificados a Ryan Palmer el mejor jugador local en la tabla.
Queda todavía mucho golf por disputar entre el viernes y el domingo, pero nadie puede negar que McIlroy luce como el golfista mejor encaminado al triunfo en uno de los principales escenarios del golf. Su ventaja de tres golpes fue la más amplia después de la primera ronda del U.S. Open en 35 años.
Además, el golfista de Irlanda del Norte hizo parecer que la prueba más dura del golf mundial pareciera un juego de niños en el campo del Congressional.
Falló sólo en un green. Fue el único de los 156 participantes que no incurrió en un bogey. Y por ende, terminó en la cabeza de la tabla después de la ronda inicial por tercera vez en los últimos cuatro majors.
«Fue muy fácil lograr esta tarjeta de 65», dijo McIlroy. «No cometí muchos errores».
Pero lo complicado será mantenerse en el primer puesto.
Había dudas sobre cómo respondería McIlroy tras la calamidad sufrida en la última ronda de un “major” que disputó. En Augusta, dejó escapar una ventaja de cuatro golpes al entregar una tarjeta de 80 en la jornada final.
Desde entonces, ha dicho que se ha recuperado de aquel colapso. Por la forma en que comenzó en el U.S. Open, quizás ha llegado el momento de que los escépticos crean en él.
«No sé si esto quiere decir que tengo mala memoria», dijo McIlroy. «Aproveché la experiencia de Augusta y aprendí mucho de ella. Quiero decir, estoy en el U.S. Open. No puedo pensar en lo que pasó antes. Tengo que pensar en esta semana y en cómo puedo avanzar en el campo».