Con dos bogeys en los cuatro primeros hoyos, parecía que el zurdo podría ver evaporarse su ventaja del sábado en los primeros nueve hoyos.
El desafío mental se hizo aún más difícil al ver a Jon Rahm, ganador de dos majors, establecer el récord de Royal Liverpool en un Open con 63 golpes, para volver a la lucha por la victoria.
Sin embargo, cuando parecía que todo se iba a complicar, Harman recuperó la forma que le permitió tomar el control el viernes.
Y aunque queda mucho camino por recorrer antes de que su nombre quede grabado en la Jarra de Clarete, sólo Rory McIlroy ha llegado a la ronda final con más ventaja que él en Hoylake, con seis golpes de ventaja hasta la victoria hace nueve años.
Si Harman flaquea el domingo, no le faltarán aspirantes, empezando por el subcampeón del año pasado, Cameron Young. Su 66 fue casi impecable, con un bogey en el 7 como única mancha. Fue la mejor ronda de los que empezaron por la tarde, que tuvieron que luchar contra lo peor de las condiciones, y deja a Young segundo con siete bajo par.
Incluso con un tiempo más favorable, los esfuerzos de Rahm fueron notables, produciendo su mejor ronda de golf en links y la mejor en un major al remontar para pasar del treinta y nueve al tercer puesto mientras busca completar la tercera etapa del Grand Slam de su carrera.
En el cuarto se encuentra un quinteto con sentimientos encontrados. Viktor Hovland y Antoine Rozner hicieron 66 y 67 golpes respectivamente para llegar a cinco bajo par, mientras que Jason Day salió con fuerza antes de sufrir para remontar en los últimos nueve hoyos.
Para Sepp Straka, un bogey en el 18 fue un final decepcionante para lo que había sido una ronda prometedora, mientras que Tommy Fleetwood luchó todo el recorrido para 71.
