Aquél año el PGA Champioship se jugaba del 1 al 7 de julio en tanto que The Open, en su denominación actual entonces British Open, se jugaba del 6 al 10.
Hogan tomó una decisión que hoy en día sería impensable. Decidir entre dos grandes. Hogan se decidió por jugar The Open en Carnoustie. Para el estadounidense una nueva experiencia, nunca antes había jugado The Open Championship. Hogan se hizo con la Jarra de Clarete, dejando para el recuerdo el “sendero de Hogan” un estrecho espacio en el hoyo 6, par cinco, que iba entre una fila de bunkers y el fuera de límites. Los cuatro días de juego logró colocar su bola a salvo, dejando bautizado con su nombre este estrecho espacio. En 2003 durante la celebración del torneo el nombre se extendió a todo el hoyo.
Hogan no tuvo oportunidad de conseguir los cuatro grandes en un año, las circunstancias no se lo permitieron. Jordan Spieth puede este semana en el Old Course dar un paso más hacia ese hito que, desde Bobby Jones, nadie ha conseguido.
La pregunta que muchos especialistas se hacen es: ¿Tiene Spieth la calidad y experiencia para enfrentarse al Old Course? Parece que ha estado practicando para ello. Sin embargo el viejo campo tiene sus recursos y la suerte también será fundamental
¿Y los rivales? Rickie Fowler está en boca de todos tras su victoria en el Abierto de Escocia y se ha convertido en un serio aspirante. El resto los nombres de siempre. Desde la esperada resurrección de Tiger Woods a la siempre anhelada victoria de Sergio García.
El mundo del golf está pendiente de un solo hombre y su reto contra la historia.