A lo largo de la jornada, S.M. El Rey ha tenido la oportunidad de seguir algunos de los partidos por el recorrido de Finca Cortesín, antes de proceder a presidir la ceremonia de clausura de la Solheim Cup y entregar el trofeo al equipo ganador. Se paró especialmente en los hoyos 16 y 17, donde se estaban decidiendo algunos de los partidos y había un ambiente espectacular, con las aficiones de los dos equipos animando sinparar.
El monarca ha estado acompañado en la ceremonia, celebrada en la Plaza de Andalucía, por Juan Manuel Moreno Bonilla, Presidente de la Junta de Andalucía, y por Víctor Francos, Secretario de Estado para el Deporte, además de las autoridades locales, volcadas en todo momento con el evento.
Nuestras ‘ex’ también animan
Siete golfistas españolas han tenido el privilegio de jugar al menos una edición de la Solheim Cup, y varias de ellas se han pasado estos días por Finca Cortesín para brindar su apoyo y su ánimo al equipo europeo. Ana Belén Sánchez (que jugó la edición de 2003) ha pasado aquí toda la semana implicada en su impecable labor de responsable de voluntarios, y Paula Martí (2002) también ha vivido la semana intensamente desde el principio ejerciendo de asistente del equipo, mientras que Tania Elósegui (2009) ha sido la visitante sorpresa (y agradable). Las buenas vibras de estas tres veteranas también han ayudado a impulsar al cuadro europeo.
No sólo Carlota ha jugado esta Solheim
Hablando de profesionales implicados en el torneo, es reseñable el interés con el que muchos golfistas profesionales en activo han seguido la competición. Por las calles de Finca Cortesín los aficionados se han podido encontrar con Álvaro Quirós, Nuria Iturrioz, Luna Sobrón, Marta Martín, Emma Cabrera, Piti Martínez -que ha hecho las veces de animadora del hoyo 1 con enorme éxito-, Gonzalo Fernández-Castaño, Juan Quirós, Laura Gómez,…y por supuesto, Chema Olazábal, que ha cogido fuerzas y energía para lo que se le viene la semana próxima en Roma.
No es un trofeo cualquiera
El trofeo de la Solheim Cup por el que han luchado estos días los equipos de Europa y Estados Unidos es una copa de cristal fabricada por la prestigiosa firma irlandesa Waterford Crystal. Con un peso de poco más de nueve kilos, la copa mide casi medio metro de altura (49 centímetros exactamente), incluida la base de caoba, y tiene un diámetro de casi 11,50 en la parte superior y de casi 21 en la parte inferior. Además, la zona central del trofeo está ocupada por un óvalo donde aparecen el nombre de Solheim Cup y la silueta de la copa.
La Solheim Cup más sostenible de la historia
Uno de los objetivos de esta edición de la Solheim Cup ha sido conseguir que fuera una de las más sostenibles de la historia y que marcara el camino a seguir en el futuro de la competición. Para ello, se ha contado con un escenario como Finca Cortesín, que usa 100% agua reciclada y que ha sido reconocido con la etiqueta GEO Certified®. La organización del evento creó la novedosa figura del “sustainability partner”, pensada para todas aquellas empresas comprometidas con el medio ambiente que se han unido a la Solheim Cup 2023.
Se ha apostado por empresas locales para todas las necesidades del evento; se ha realizado una eficaz gestión de los residuos generados por los espectadores; y se ha reducido el uso de plásticos y papel. Finalmente, los asistentes han podido calcular su huella de carbono a través de la acción Zero Footprint, instaurada por la Costa del Sol, así como crear con sus propias manos, gracias a PING, unas semillas de distintas variedades de árboles que tras la Solheim Cup de 2023 se sembrarán en la Finca La Almoraima.