Jimmy Walker y Robert Streb son, en principio, los dos jugadores que parecen llamados a disputarse el PGA Championship este año, si alguna remontada o actor inesperado no lo remedia y se une a la película.
El primero de ellos, Walker, llega con un 66 en su última vuelta de cinco birdies y un bogey, muy sólido, para seguir con esa regularidad que le caracteriza, mientras que Streb se ha pegado a él con un extraordinario 63 trabajo a fuerza de birdies, ocho en concreto, y con un bogey que le hubiese permitido alcanzar el record de 62 que existe en un Major.
Pero, a pesar del buen rendimiento de ambos, hay que tener cuidado con lo que se acerca; en concreto Jason Day, autor de un buen 65 (con cuatro birdies consecutivos entre el 12 y el 15) que le pone tercero a solo dos golpes y otro nombre que también puede resultar peligroso, Patrick Reed, quien ha ascendido 30 puestos con otro 65, aunque este está a cuatro golpes.
Emiliano Grillo se mantiene entre los mejores, empatado con Day y algo más atrás están Rickie Fowler (noveno puesto con otro 68) y la remontada de 27 posiciones de Jordan Spieth (67) que le acerca un poco más a los puestos desde donde lanzar el ataque que todos esperan pero no saben cuándo ni dónde llegará.
Peor le iba a Phil Mickelson con 70 golpes y +1, ya en el puesto 61 a pesar d elo cual se mostraba cómodo y plácido tumbado en la hierba tomando el Sol. Puro espectáculo. Rafa Cabrera-Bello ha pasado el corte por los pelos, demostrando una vez más que también esta vez ha tenido ese puntito de suerte que hace falta tras una ronda de 70 con tres birdies y tres bogeys.
En dicho corte, situado en +2, se quedaban tanto el otro español, Sergio García con un nefasto 74, como Rory McIlroy a pesar de su 69 o Dustin Johnson, muy lastrado por el 77 de su primer día y quien aunque con un mejor 72, le fue imposible remontar lo suficiente.