Tras la tercera jornada, de un Masters atípico, Johnson lidera el torneo con suficiencia. Cuatro golpes de ventaja sobre tres jugadores sin apenas experiencia en los grandes. Cameron Smith, Abraham Ancer y Sungjae Im.
Los verdaderos lobos están bastante más lejos. Justin Thomas con diez bajo par. Jon Rahm, en una jornada aciaga, nueve bajo par, el mismo resultado de Patrick Reed.
Johnson ha sido una presencia constante en los últimos cuatro Masters que ha jugado, terminando entre los diez primeros cada año, incluyendo un subcampeonato en 2019. Pero aún no se ha puesto la chaqueta verde.
Tras su exhibición de este sábado esta muy cerca de cumplir el sueño de cualquier jugador de golf. Mas aún para un muchacho que creció muy cerca de las vallas de Washington Road.
«Definitivamente todavía queda un largo camino por recorrer», dijo Johnson. «Todavía quedan 18 hoyos más. Pero quiero decir, que significaría mucho. El grande más grande es el Masters . Crecí justo al final del camino. Así que este sería muy especial para mí».
Quizá, Dustin, nos sorprenda cuando emboque el último putt para enfundarse la chaqueta. Hasta ahora ni una mueca. Ni cuando hizo el egale en el hoyo dos, o los dos birdies consecutivos del tres y el cuatro, ni en el birdie, del siempre complicado, hoyo siete. Treinta y un golpes en los nueve primeros hoyos. Los segundo se los tomó con más calma. Birdie en los dos pares cinco para firmar un 65 e igualar el record para 54 hoyos establecido, por Jordan Spieth, en menos dieciséis.
Pero no se reparten chaquetas verdes el sábado y Johnson ya ha fallado en cerrar Majors que lideraba tras 54 hoyos. Ha sido el Greg Norman de hoy en día, siempre una amenaza para ganar pero de alguna manera encontrando la forma de no hacerlo. Johnson no necesita que le recuerden que de sus 23 victorias sólo una es un Major, el Open de los Estados Unidos de 2016 en Oakmont.
Quedan 18 hoyos la emoción y el espectáculo están garantizados.
