No son muy halagüeñas las predicciones de tiempo en el Augusta National de cara a esta semana. Llegamos al Masters y con él, aunque sea en otra fecha que no nos tiene acostumbrados, el torneo atrapa, consigue que te brillen los ojos. Se respira ambiente de Major y quizá aquí más que en ningún otro.
El hecho de jugar sin público será, sin duda, una pérdida de valor, de su esencia más pura, pero no por ello Augusta dejará de atraer muchísimas miradas, aunque sean a través de una pantalla, pues el cartel de jugadores es grande.
Sin embargo, el hecho de pasar de abril a octubre traerá consigo también un hándicap grande, la presencia de la lluvia, que se espera constante (aunque no en mucha cantidad), a partir del mismo jueves y también que veremos el campo con otras tonalidades, más marrón, con presencia de hierba rye grass junto con la habitual bermuda (para intentar que se mantenga el verde lo máximo posible), algo que algunos jugadores están comprobando ya de primera mano en sus hoyos.
Pero sobre todo preocupa la lluvia, que puede complicar mucho el torneo y sobre todo, ciertas partes del campo que ya de por sí son todo un desafío.
Como se puede apreciar en las previsiones de la página weather.com, ya el miércoles hay un 80% de probabilidades de lluvia con vientos de 12km/h., mientras que el jueves las probabilidades se mantienen si bien baja la velocidad del viento. Eso sí, todo ello con unas temperaturas inusuales para la época del año en que estamos, pues lo normal sería que el mercurio marcase entre 12 y 17 grados y se espera una mínima de más de 15 y unas máximas de entre 22 y 27º, lo que compensará la humedad en el vuelo de la bola y les otorgará más yardas a los jugadores.
En definitiva, un Masters diferente que nos hará mirar, quizá más que nunca, al cielo, esperando que el líquido elemento no perturbe el espectáculo.