Un cuarto triunfo de Jon Rahm; una sexta victoria consecutiva española; 25 bajo par en total; 61 golpes en el CC Villa de Madrid…, récords al alcance de una edición apasionante que supone el Cincuenta Aniversario del Open de España en el Circuito Europeo
El ACCIONA Open de España presented by Madrid, que se celebra en el Club de Campo Villa de Madrid del 12 al 15 de octubre, transita entre retos, récords y conmemoraciones. Algunos de ellos son colectivos, otros de ellos personales, objetivos que en cualquier caso engrandecen el devenir de un torneo centenario que tiene a gala distinguirse como el tercero más antiguo del continente europeo.
Entre aquellos que afectan al conjunto del golf español se encuentra el hecho de que 22 jugadores conforman la ‘Armada española’, un grupo numeroso formado por referencias indiscutibles como Jon Rahm que aspira en su conjunto a extender un registro sobresaliente: conseguir el quinto triunfo español consecutivo, un hito que no se produce desde la década de los años 50.
Los grandes retos personales afectan en exclusiva a quien camina con pasos agigantados sobre la historia del Open de España, sobre ese jugador galáctico que, a velocidad supersónica, fue capaz de igualar el año pasado el récord de victorias de Severiano Ballesteros que en esta ocasión aspira a superar.
Jon Rahm le tiene ganas al cuarto entorchado. Se le nota en la mirada y en esas declaraciones ambiciosas repletas al tiempo de respeto hacia quien también ha construido parte de la historia de este torneo centenario.
Pausado, reflexivo, sensato delante de los micrófonos, Jon Rahm se transforma en un ‘killer’ sobre los campos de golf, una capacidad arrolladora que le permite figurar como poseedor de récords imposibles, como el establecido el año pasado cuando inscribió el resultado ganador más bajo en un Open de España, con 25 bajo par, superando el -22 que ostentaba él mismo en la edición de 2019 y por Kenneth Ferrie en 2003, en aquel entonces campeón en desempate frente a Peter Hedblom y Peter Lawrie.
Nadie sabe, cuando llegue el domingo y finalice el torneo, qué reto habrá estado más a mano o habrá sido incluso superado, pero lo que sí se sabe es que el espectáculo será imponente, una afirmación avalada por unos antecedentes que han convertido al golf en un auténtico deporte de masas en las últimas ediciones.
La tensión se palpa en el ambiente. Y los espectadores cuentan con un amplio abanico donde elegir preferencias, desde un Rafael Cabrera-Bello con ganas de reeditar los laureles conseguidos en 2021 pasando por jugadores de calidad más que contrastada como Pablo Larrazábal, Adri Arnaus, Jorge Campillo, Adrián Otaegui, Nacho Elvira y un largo etcétera, entre los que también se encuentra el amateur madrileño Luis Masaveu, que se codeó con la ‘cream de la cream’ durante muchos momentos hace ahora doce meses.
Para dotar al espectáculo de mayor oropel, estamos en tiempos de celebraciones, la conmemoración de las Bodas de Oro de relación con el Circuito Europeo. No en vano, el vínculo del Open de España Masculino con el actual DP World Tour, que se inició en 1972, alcanza ahora los 50 años toda vez que las ediciones de 2017 y 2020 no se disputaron.
Por si fuera poco, se da la curiosa circunstancia de que aquella edición de 1972, en Pals, concluyó con triunfo español de la mano de Antonio Garrido, un dato histórico que propicia otro reto colectivo: cerrar el círculo de las Bodas de Oro con otra victoria que también sea española.