Los matadores de toros José Luis Ramos, José Miguel Arroyo, ‘Joselito’, José Tomás y Juan Ortega, se dieron cita en Palomarejos Golf (Talavera de la Reina) el pasado domingo para homenajear a Joaquín Ramos.
Con motivo de la efeméride del nacimiento del taurino mirobriguense el Club de Golf talaverano acogió, por tercer año desde su fallecimiento, un torneo memorial que reunió a más de medio centenar de jugadores y a otros tantos acompañantes que no quisieron perder la oportunidad de sumarse a este emotivo recuerdo.
Bajo el lema ‘Ole Tú’, una de las frases más recordadas del propio Ramos, el torneo estuvo seguido de una comida a la que asistieron los mencionados toreros junto con el reconocido y respetado taurino Enrique Martin Arranz.
Los matadores recordaron anécdotas protagonizadas por Ramos durante su etapa de acompañamiento profesional y alabaron “su humanidad, cercanía, compromiso, lealtad, discreción, humildad y profesionalidad”.
Palabras tan sinceras y cariñosas que emocionaron tanto a la viuda de Ramos, la bailaora Carmen Sánchez, como a su hija, la bailaora y coreógrafa Triana Ramos, quienes agradecieron a todos los asistentes. “por asistir al homenaje a uno de los hombres que más sabía de toros, al mejor marido y al padre más querido”.
La gala de entrega de premios fue conducida por el comunicador Jesús Olmedo, que junto a la directora de Palomarejos Golf, Beatriz Hesse, se comprometieron a mantener este torneo ‘Ole Tú’ en sucesivas ocasiones para avivar la memoria “de una persona que nos marcó eternamente y a quien tanto quisimos y seguimos recordando”.
El acto contó con la colaboración de Eurocaja Rural, Servicola, Cinturones Mexicanos RealDe14 y Kiwapa Joyas.
La directora de Palomarejos Golf, Beatriz Hesse, subrayó que “el respeto y el cariño a Joaquín Ramos ha reunido al sabio Martín Arranz, al veterano José Luis Ramos, al ganadero y apoderado José Miguel Arroyo y a los toreros José Tomás y Juan Ortega esta vez no sobre la arena, sino sobre el césped que tantas veces pisara Quinín, Quino… eterno Joaquín Ramos”.
Un cartel de ensueño para una tarde que hubiera firmado el propio apoderado.
