23 de noviembre de 2024

Cristina Pérez Iguarán y Pablo Matesanz, ganadores en Señorío de Zuasti

Cristina Pérez Iguarán y Pablo Matesanz, ganadores en Señorío de Zuasti

La navarra Cristina Pérez Iguarán y el donostiarra Pablo Matesanz se han impuesto en la tercera previa Lacoste Promesas, disputada este fin de semana en el recorrido navarro del Señorío de Zuasti. Los ganadores han obtenido como premio una plaza en la Final, que tendrá lugar en noviembre en La Sella, donde viajarán acompañados por Carmen Sainz e Iker Aguirre, segundos clasificados. Lacoste vestirá durante un año a los campeones, e IBERIA les llevará a su lugar favorito junto a un acompañante

Cristina Pérez Iguarán, la jugadora de Zuasti, ha firmado hoy 72 golpes para finalizar con 146, 6 sobre el par  del campo, “jugando mejor que ayer y metiendo algunos putts muy largos para birdie: uno de diez metros en el hoyo siete, y otro de unos cinco en el dieciséis”. La bilbaína Carmen Sainz Delgado ha sido segunda a dos golpes de la ganadora, e igualmente formará parte de los veinte finalistas Lacoste Promesas en La Sella. Paula Guridi, líder tras la primera jornada, se ha tenido que conformar con el tercer puesto con una segunda tarjeta de 77 golpes y 150 en el total.

El donostiarra Pablo Matesanz, Campeón de España Benjamín en 2005 e Infantil en 2009, ha entregado la mejor vuelta del torneo, 66 golpes, que le han valido para ascender a lo más alto y terminar con el par del campo, con uno de ventaja sobre el jugador del Señorío de Zuasti Iker Aguirre, segundo clasificado. Pablo Villanueva y Xabier Gorospe han compartido el tercer puesto con 10 golpes más.

Cristina Pérez Iguarán nació en Pamplona hace 15 años y a los 4 empezó a jugar al golf con su madre. Estudia 4º de la ESO, su jugador favorito es Luke Donald, le encanta leer e ir al cine, y reconoce que su mejor golpe “es el putt y el peor los hierros desde unos 100 metros”.

Pablo Matesanz es de San Sebastián, tiene 15 años y a los 5 le llevó su abuelo a jugar al golf a Jaizkibel. Estudia 1º de Bachillerato y le encanta McIlroy. Se considera “bueno pegando los hierros” y, bromeando, afirma que “lo peor de mi juego es la cabeza ¡que a veces se me va!”.


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