Adidas confirmaba hace unos días que contrató a un banco de inversiones con el fin de comprobar si el trabajo realizado en su unidad de artículos de golf le era rentable, especialmente en un momento tan delicado como el actual, en el que en su mayor mercado, Estados Unidos, está perdiendo popularidad e importancia.
Tras evaluar dos de sus marcas, Adams y Asworth, puso en marcha un proceso de reestructuración de otra de sus enseñas, TaylorMade, que sufrió una caída del 26% en sus ventas durante el segundo trimestre de este año.
El grupo Adidas al completo, sin embargo, exhibió un mejor resultado en el trimestre, y sus ventas crecieron un 15 por ciento (3.910 millones de euros), superando el pronóstico promedio de los analistas de 3.800 millones de euros.