«Recuerdo hablar con mis padres y contarles lo nervioso que estaba», comentaba el ex número 1 del mundo en una entrevista concedida estos días previos al Open Británico.
Aunque ya tiene 40 años, admite que todavía se pone algo nervioso cuando camina hacia el primer tee y aunque las emociones le son familiares, no por ello deja de darle algo de miedo.
«Creo que he hecho un gran trabajo durante toda mi carrera, ganado títulos en numerosos campos. Únicamente disfruto jugando y aun puedo disfrutar compitiendo al máximo nivel contra los mejores jugadores del mundo».
A pesar de que no acude a la cita como uno de los favoritos, el doble ganador de la jarra de clarete asegura estar reconstruyendo su swing por cuarta vez después de la cirujía y de los problemas físicos que ha padecido este año.
El recorrido de 85 golpes en la tercera ronda del Memorial Tournament en mayo tampoco son alicientes muy positivos para ‘El Tigre’, pero asegura que «poco a poco se vislumbran los progresos y se notan los cambios en el juego».
«El domingo le di a la bola probablemente mejor de lo que lo había hecho en los últimos dos años, así que es un síntoma de lo que puedo conseguir esta semana»; de hecho, en el Greenbrier, Woods conseguía volver a realizar recorridos de menos de 70 golpes por primera vez esta temporada (a pesar de quedar a seis golpes del líder, Danny Lee), pero «contento con los cambios realizados tanto en el agarre como en el putter».
«He utilizado ese grip puede que durante el último año y medio y ya se nota hasta en las marcas de mis dedos así que, probablemente, es tiempo de modificarlo».
«Muchos de vosotros pensáis que estoy acabado y que ya está todo hecho, pero todavía estoy delante vuestro. Me encanta jugar, me gusta competir, y sobre todo hacerlo en este tipo de citas».
En referencia a las condiciones del campo, el norteamericano admitía que durante años, había intentado «aprender a jugar este trecorrido bajo todo tipo de condiciones climáticas, ya que cambia mucho; tienes que pegar a la bola en determinados sitios y ángulos para acercarla lo más posible al green. Para mi, ese tipo de estrategia y de juego mental es algo que me encanta».
Tiger ha demostrado durante el último mes que el nivel de seguridad en sí mismo ha aumentado, que golpea de manera más sólida la bola y, sobretodo, se le ve más suelto en el swing, algo que en los últimos tiempos no ocurría. ¿Podría ser que Woods ganara el decimoquinto Major de su carrera? Habrá que esperar al domingo para conocer al desenlace.