Un Sergio García majestuoso, protagonista de una soberbia remontada y un playoff de desempate académico premiado con el triunfo en el LIV Golf Andalucía, ha engrandecido su figura en el campo que más ama, en el recorrido con el que mantiene un intenso y fructífero idilio prolongado en el tiempo.
La victoria se consumó mediante un final apoteósico, digno del espectáculo que promete el LIV Golf en sus eventos, un desenlace con situaciones inesperadas que desembocaron en un playoff de desempate no apto para cardiacos. No en vano, Sergio García y Anirban Lahiri se pasaron el testigo de la victoria en varias ocasiones a lo largo de la jornada, con sensacionales birdies e inexplicables errores, como el putt errado por el jugador indio en el hoyo 18, de menos de 40 centímetros, justo antes de celebrar el desempate.
Con el objetivo de cerrar el círculo, ya que ser socio de honor del Real Club Valderrama -como lo es Sergio García– implica una relación amplia y destacada con el célebre recorrido gaditano, el castellonense se aplicó con esmero en el momento determinante, un desempate frenético que concluyó en el segundo hoyo cuando Anirban Lahiri cometió, asumiendo descentrado su destino, tres errores consecutivos que pusieron el triunfo en bandeja a Sergio García.
El golfista español, comprometido desde siempre con este campo, ha ganado en él cuatro torneos de gran importancia. Ya traía en su zurrón los Andalucía Masters de 2011, 2017 y 2018 integrados en el Circuito Europeo, añadiendo ahora otra muesca más que le hace especial ilusión, el LIV Golf Andalucía impulsado por el circuito profesional saudí, su primera victoria en este ámbito desde que forma parte del LIV Golf en 2022.
Para conseguir la gesta, no hace falta decir que Sergio García se encuentra a gusto en Valderrama, se le nota en el rostro, distendido, afable, con capacidad para superar la frustración de momentos puntuables de juego menos preciso. Durante dos jornadas preparó el terreno y en la jornada final se lanzó sin miramientos al asalto del liderato mediante una primera vuelta para el recuerdo y una segunda donde la estrategia y buenas elecciones le condujeron finalmente a la gloria.
Con 7 golpes de desventaja sobre el indio Anirban Lahiri, encaramado sólidamente en lo más alto de la clasificación y con una amplia cohorte de perseguidores a distancia más que prudencial, Sergio García inició un caza y captura a velocidad de vértigo.
Cinco birdies en sus primeros nueve hoyos -seis en once- significaba que Sergio García, inspirado como en sus mejores actuaciones, iba muy en serio, hasta el punto de que se situó colíder, con el aliento en el cogote de Anirban Lahiri, a falta de 8 hoyos para la conclusión.
El público, muy atento a donde se encuentra el espectáculo, ovacionaba con fuerza cada uno de sus muy buenos golpes, ese birdie en el hoyo 11 que dio paso, acto seguido, a dejar la bola a apenas 10 centímetros de bandera en el par 3 del hoyo 12 o, dos más allá, a realizar un golpe de aproximación sensacional que propició otro bajo par en su tarjeta.
Anirban Lahiri asistía impotente al festival de golf de Sergio García. Al golfista indio le abandonó la magia de la que disfrutó durante las dos primeras jornadas, desarrollando su juego por cánones mucho más ortodoxos y carente de verdadero brillo. Tuvo el triunfo en sus manos, pero el exceso de confianza y el miedo escénico le llevaron a errar el citado putt de menos de 40 centímetros que le hubiera dado el título.
Luego, en el playoff, tras empate en el primero, un Sergio García muy preciso en el segundo hoyo abrazó la gloria que tanto le gusta experimentar en Valderrama.
El espectáculo generado por el castellonense tapó la actuación de los otros tres españoles presentes en el LIV Golf Andalucía, a pesar de que Eugenio López Chacarra reclamó su merecida cuota de protagonismo. El madrileño, tercero al principio del día, batalló sin descanso para mantenerse en la parte alta de la tabla, un objetivo plasmado finalmente con el duodécimo puesto.
Jon Rahm, por su parte, se convirtió en segundo mejor clasificado, décimo en concreto tras tres días resueltos con el par al total en el marco de una actuación sólida pero huérfana del número de birdies necesarios para optar realmente al triunfo.
Por último, David Puig fue el español que más dificultades encontró a lo largo del torneo. Su 81 inicial fue una losa enorme antes de emprender un ascenso hasta la vigésimo séptima plaza final, con dos rondas finales por debajo del par más acordes a la calidad de su juego.