4 de octubre de 2024

Yuka Saso lleva un segundo grande a sus vitrinas

Yuka Saso no podía dejar de mirar el trofeo Harton S. Semple en su conferencia de prensa.

 

Hacía un par de años que no veía a su viejo amigo, había alzado por primera vez la reluciente copa de plata en el Olympic Club tras ganar el histórico grande en 2021. Aquella victoria cambió por completo la trayectoria de la vida de Saso como golfista profesional, ya que aceptó la afiliación inmediata al LPGA Tour que se le ofrecía como parte de su victoria como no miembro.

En los años transcurridos desde que se convirtió en ganadora por primera vez del Rolex, Saso ha terminado 15 veces entre las 10 primeras del LPGA Tour y ha estado a punto de conseguir el segundo título de su carrera en más de una ocasión. Pero siempre parecía haber una mala ronda aquí o un tiro fallado allá que dejaba a Saso a las puertas de la victoria, que la dejaba con las ganas de conseguir esa segunda victoria.

Los jugadores suelen decir que la segunda victoria es más difícil de conseguir, que una vez que sabes cómo se sienten los nervios en la recta final, de alguna manera son más difíciles de calmar. La ignorancia es una bendición en muchos sentidos cuando se trata de ganar, y una vez que te das cuenta de lo difícil que es capitalizar una oportunidad, a veces, puede resultar incluso más duro dar la campanada en los grandes momentos.

Pero Saso parece tener mucha confianza en sí misma y en su habilidad en el campo de golf. Es ingeniosa y endiabladamente lista, con una personalidad juvenil que le permite burlarse de casi todo y de todos los que tiene a la vista, siempre en broma. No parece enfadarse por un golpe desviado o un bogey tonto, sino que hace borrón y cuenta nueva en el siguiente hoyo y sigue adelante, decidida a hacerlo mejor en el siguiente.

Por eso resultó chocante ver cómo se le saltaban las lágrimas el domingo durante la ceremonia de entrega de trofeos en el Lancaster Country Club, emoción que reflejaba lo mucho que había luchado Saso para volver a esta posición.

«Creo que lo quería de verdad», dijo Saso. «No sólo para conseguir una segunda victoria, sino también para demostrarme algo a mí misma. Hacía dos años y medio o tres que no ganaba. Tenía dudas sobre si volvería a ganar o no. Pero creo que esas experiencias me ayudaron mucho y que pude demostrarme algo a mí misma.

«Desde 2021 no he vuelto a ganar. Creo que lo hace especial porque después de una larga espera, y no esperaba ganar el Abierto Femenino de Estados Unidos. La última vez tampoco lo esperaba, y esta vez tampoco. Creo que por eso me emocioné un poco. Ganar te hace recordar todo lo que tu familia, tu equipo y mis patrocinadores me han apoyado en lo bueno y en lo malo».

Carlota Ciganda, única representante española en el torneo, terminó en décimo novena posición

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