El formato de tiros alternos abrió el torneo en suelo europeo por primera vez en 30 años, ya que la última vez que el equipo estadounidense ganó fuera de casa fue en el Belfry.
Y ningún partido llegó al final, ya que Europa ganó una sesión de foursomes por 4-0 por segunda vez en otras tantas Ryder Cups en casa, dejando a los visitantes con una temprana montaña que escalar.
Jon Rahm estuvo inspirado junto Tyrrell Hatton ganaron el primer partido 4&3 contra Scottie Scheffler y Sam Burns, con la pareja escandinava de Viktor Hovland y Ludvig Åberg venciendo al dúo de novatos Max Homa y Brian Harman por el mismo resultado.
En un momento dado, Europa ganaba por 4 en dos partidos, por 3 en uno y por 2 en el otro, y aunque Estados Unidos luchó en los dos últimos partidos, no pudo contener la marea azul.
Sepp Straka y Shane Lowry derrotaron a Collin Morikawa y Rickie Fowler 2&1 y Rory McIlroy y Tommy Fleetwood derrotaron al dúo de foursomes Patrick Cantlay y Xander Schauffele, hasta entonces invictos, para hacer tabla rasa.
Se ha hablado de Europa inspirándose en las damas tras la victoria europea de la semana pasada en la Solheim Cup, pero puede que sean las estadounidenses las que se animen al ver cómo el equipo de Suzann Pettersen perdía su sesión inaugural por 4-0 y se quedaba con el trofeo tras un empate 14-14.