«Ha estado muy bien», dijo un sonriente Hovland después de que su siete bajo, 64 golpes, sin bogeys liderara la jornada matinal del jueves en el RBC Heritage.
En cuanto al hecho de que tanto él como su competidor Justin Thomas cayeran al agua en el par 5 del hoyo 15, Hovland dijo: «Eso estuvo muy mal»: «Eso estuvo muy mal», dijo Hovland tímidamente.
Lo bueno y lo malo llegaron pronto -lo feo llegó, cuando el juego se detuvo debido a las tormentas eléctricas; se reanudó hora y media después, pero dado que hubo mucho más de lo primero, empezaremos por ahí.
El golf de Hovland fue impecable. No sólo porque cogió nueve de 14 calles o 14 de 18 greens, sino porque estuvo en su mejor momento con el driver en calles que no te dan mucho espacio.
«Es bastante estrecho», dijo, «así que puedo golpear ese drive desde el tee, agarrarlo un poco hacia abajo (en la varilla) y golpear como una bala baja. Es difícil que pegue un tiro desastroso con ese golpe».
Abundaron los ejemplos, el más gratificante de los cuales fueron sus golpes de salida en los dos últimos hoyos de su brillante ronda.
En el par 4 del octavo hoyo, un ajustado dogleg a la izquierda de 473 yardas, Hovland estaba perfectamente situado en la esquina con un drive de 292 yardas. Su golpe de aproximación fue de unos dos metros.
En el noveno hoyo, el par 4 de 328 yardas de Harbour Town, golpeó con su driver unos 300 metros y luego metió un wedge a metro y medio.
El birdie-birdie final le dio la mejor ronda de la mañana, un siete bajo, y Hovland habló de cómo espera que esta semana sea mejor que la del Masters, cuando compartió el liderato de la primera ronda (65) pero no pudo mantenerlo.
«No pateé tan bien las tres últimas rondas de la semana pasada como lo hice en la primera», dijo Hovland, que se calificó a sí mismo con una nota baja por jugar demasiado corto en Augusta. «Esta semana estoy intentando jugar un poco más, no de forma conservadora, sino asegurándome de coger más greenes».
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Fotos: PGA Tour
