Cierto, el TPC San Antonio es el hogar – de las dos victorias de Conners en la PGA Tour, separadas por cuatro años y 101 torneos. El canadiense de 31 años hizo 68 golpes sin bogeys en un domingo frenético para convertirse en el décimo ganador múltiple del sexto torneo más antiguo del Tour.
Corey Conners cerró con 15 bajo par, un golpe por delante del prometedor Sam Stevens y dos mejor que Sam Ryder y Matt Kuchar. Lideró la clasificación en Strokes Gained: Tee-to-Green y Approach the Green en una dominante exhibición de golf que comenzó con un ocho bajo, 64 golpes, en la primera ronda.
Conners se clasificó el lunes en 2019, cuando ganó su primer par de botas del Valero Texas Open. Le gusta la robustez del campo, dijo, y los números lo demuestran: a través de 20 rondas en TPC San Antonio, Conners ha hecho 101 birdies. Esta semana hizo 23.
«Definitivamente fue una batalla hoy, pero confié en mi habilidad y pensé en un montón de buenos golpes que había hecho previamente en la semana con ciertas condiciones», dijo. «Definitivamente fue duro ahí fuera, pero estoy muy contento y orgulloso de cómo luché».
«Sabía que iba a haber birdies», dijo. «Iba a darme suficientes oportunidades».
Conners jugó un golf prudente y trabajador en los últimos nueve hoyos, sin bogeys y con mesura. Sólo hizo un birdie, en el par 4 del hoyo 15. Fue todo lo que necesitó.
Surgieron muchos aspirantes. Pero Conners construyó una ventaja que nadie podía tocar, incluso en una tarde de puntuaciones más bajas que en las tres rondas anteriores. Conners evitó los apuros que otros no pudieron: cactus, piedra caliza, cedros, robles, tensión, ansiedad, inseguridad. Muchos de los participantes nunca habían ganado en el Tour. Todos, excepto Conners, Chris Kirk y Hideki Matsuyama, intentaban buscar la plaza para The Masters.
