El golfista vasco, avalado por sus triunfos en las ediciones de 2018 y 2019, acaricia con los dedos de sus manos igualar el número de victorias conseguidas por Severiano Ballesteros en un Open de España, tres, una cifra con carácter de hazaña en el marco de las 94 ediciones de este palpitante torneo.
El enfervorizado público, que convierte en multitudinaria romería cada una de sus actuaciones en el Club de Campo Villa de Madrid, asiste atento desde el jueves con la intención de vivir una experiencia única, el reto reservado a aquellos pocos golfistas que dotan a sus acciones de connotaciones históricas.
“Yo estuve allí cuando Jon Rahm igualó el récord de Severiano Ballesteros”, ansían incorporar a sus experiencias personales este domingo los centenares y centenares de aficionados que siguen las evoluciones del jugador vasco como auténticos actos de fe.
Y Jon Rahm lo tiene a tiro, como reconoció con la serenidad que le caracteriza tras entregar una tarjeta de 65 golpes y situarse en la primera posición a 18 hoyos de la conclusión, afrontando sin eludir un ápice los objetivos más grandilocuentes posibles que surgen a su paso. Cosas de verdadero campeón.
Antes, en el hoyo 5, el amateur madrileño Luis Masaveu alcanzó el coliderato gracias al empuje de su descarada forma de afrontar el torneo, dispuesto asimismo a igualar unos registros -triunfos de los amateurs Mario González en 1947 y del Conde Lamaze en 1955- generados cuando el golf era otra cosa.
Masaveu, a sus 20 años, despojado de la tensión de hacer las cosas bien entre los mejores profesionales y superar al menos el corte, ha elevado la categoría de sus objetivos a base de rondas sobresalientes, un chute de confianza que eclosionó con toda su virulencia cuando accedió al citado coliderato después de rubricar cuatro birdies en los cinco primeros hoyos. Luego, el mal de altura se instaló en su seno, cuando una serie de errores le hicieron retroceder a una decimoctava posición en cualquier caso admirable.
Los focos de los aficionados, de inmediato, volvieron a centrarse en exclusiva en el exitoso discurrir de Jon Rahm por el campo, un goteo sereno, continuo y oportuno de aciertos que le instalaron en el coliderato en el hoyo 12 y en el liderato en solitario en el 14. Antes, por el camino, le arañó golpes al campo en el 4, en el 7, en el 11, en el 12… y en el 14, una cadena de aciertos digna del mejor orfebre al que todavía le restaba recibir su último eslabón.
Y es que restaba la recta final, en dura pugna con el australiano Min Woo Lee, dispuesto desde el jueves a adherirse cual ventosa a la parte alta de la clasificación a base de continuos aciertos. Avalado por dos triunfos en el DP World Tour cosechados en 2020 y 2021, Min Woo Lee ambiciona incorporarse al listado de ganadores del Open de España al igual que Louis De Hager, Marc Warren, Eddie Pepperell, Matthieu Pavon, Kiradech Aphibarnrat y Stephen Gallacher, un amplísimo grupo de terceros clasificados a tres golpes a quienes no conviene perder de vista.
Todos ellos, sin embargo, carecen del objetivo de igualar el récord de tres victorias de Severiano Ballesteros. Y es que ese es un acicate exclusivo para los verdaderos depredadores de triunfos como Jon Rahm.