Cameron Smith se lo tomó en serio el viernes, comenzó con dos bogeys consecutivos y no sólo perdió su ventaja de un golpe, sino que cayó completamente de la primera página de la tabla de clasificación. Luego, el australiano se recuperó de forma sensacional, con cuatro birdies consecutivos al final para lograr un nueve bajo, 64 golpes, liderando con una ventaja de tres golpes.
«Algunos malos golpes, un tonto triple en el segundo», dijo Smith. «Tuve que pulsar el botón de reinicio».
Smith estaba con diecisiete bajo, e igualó el récord de 36 hoyos en Kapalua establecido por Ernie Els en 2003, cuando arrasó en el torneo de los ganadores ganando por ocho golpes.
Smith no lo tendrá tan fácil el fin de semana.
Bendecido con otro día de condiciones ideales para bajar el par, un sol cálido, muy poco viento para los estándares de Hawai y las mejores condiciones para el Plantation Course, que se recupera de la lluvia. Los 38 jugadores estuvieron al par o mejor. La puntuación media fue de 67,8, casi dos golpes mejor que el jueves.
Jon Rahm, el número 1 del mundo, no falló ni una calle ni un green en toda la ronda y registró otro 66, dejándolo a tres golpes de distancia junto con Daniel Berger (66).
Patrick Cantlay, campeón de la FedExCup y mejor jugador del PGA Tour del año, que no competía desde la Ryder Cup a finales de septiembre, falló un putt de 2 metros para birdie en el último hoyo y tuvo que conformarse con un 67. Estaba a cuatro golpes de distancia y tenía motivos para ser optimista.
El más largo de los seis putts para birdie de Cantlay fue de poco menos de 1,80 metros. Falló cuatro putts para birdie desde unos 3 metros o menos.
«He jugado muy bien y no he conseguido absolutamente nada», dijo Cantlay. «Sólo significa que mi juego está en un buen momento y que estoy bien posicionado para un buen fin de semana».
También lo está Rahm, que no participaba en un torneo desde que falló el corte en Valderrama el 15 de octubre, con ganas de tomarse un gran respiro. La idea de que se bajó del avión en Maui, fue al campo de golf y jugó como si nunca se hubiera ido es un poco exagerada.
Practicó. Trabajó en su cuerpo y en su juego. Y está jugando como si nunca se hubiera ido.
«Si alguien esperaba algo de óxido -que yo lo hice un poco-, realmente no está ahí», dijo Rahm.
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Fotos: PGA Tour
