Muchos jugadores se hubieran asustado sin un libro de yardas en su bolsillo trasero. Por otra parte, Johnson no es la mayoría de los jugadores. Al tipo cuyo corazón raramente se acelera le encanta relajarse y flotar en un barco de vez en cuando. Así que cuando no pudo encontrar el libro lleno de notas y las X y O del campo de golf, recurrió a su hermano, A.J., que es su caddie.
«Tiene que estar en el fondo de mi bolsa, pero no quería sacar todos mis palos en el campo de golf», dijo Johnson después de firmar un cinco bajo par 65 en un fresco y soleado sábado en el TPC Harding Park para tomar la delantera en el centésimo segundo PGA Championship tras de 54 hoyos.
«Estábamos bien», dijo Johnson. «Sólo uso libro de yardas normal. Lo uso más para poder sacar las yardas de la calle y donde está la bandera. Pero mi hermano tenía uno extra, así que fue perfecto».
Lo mismo podría haber dicho de su putter. El número cinco del mundo, que ganó el The Travelers Championship en junio y es uno de los jugadores más largos del PGA Tour, usó el palo más corto de su bolsa para hacer resultado. Johnson necesitó sólo 24 putts para hacer ocho birdies liderando el torneo en nueve bajo par con un golpe de ventaja sobre Scottie Scheffler (65) y Cameron Champ (67).
«He pateado realmente bien. Eso fue clave», dijo Johnson, ganador de 21 títulos del PGA Tour. «Hice muchos buenos tiros para darme buenas oportunidades porque las banderas están bastante escondidas. Los greens son firmes y rápidos. Así que hice muchos tiros de hierro con calidad».
«Mañana, definitivamente necesito coger más calles, porque es muy difícil jugar este campo de golf desde el rough. Los bunkers, también, son muy duros.»
Salir victorioso de esta tabla de clasificación también será difícil.
Diecisiete jugadores están a cuatro golpes de camino a los dieciocho hoyos definitivos, con ocho de ellos clasificados entre los 20 primeros del mundo, incluyendo al número 6 del mundo Brooks Koepka, que intenta convertirse en el primero que consigue tres victorias consecutivas desde 1958 que el torneo pasó a jugarse por golpes.
Quien lo tendrá difícil, aunque no imposible, será Jon Rahm. El vasco, único superviviente español, cerró la tercera ronda con 68 golpes, tres bajo par en el torneo, a seis de la cabeza, en el puesto vigésimo primero.
