El español Jon Rahm ha sido uno de los que, con más insistencia, pedía el aplazamiento de la Ryder Cup. Y es que para él, un golfista que gusta del calor del público, disputar esta cita tan importante sin los ánimos de la afición (aunque jueguen en campo contrario) era un paso atrás y el golf se iba a ver resentido.
En la rueda de prensa que ha concedido el jugador vasco en la previa del Workday Charity Open donde va a compartir los dos priemros días de competición con Gary Woodland y Viktor Hovland, ha comentado que »seguro que mucha gente quería ver la Ryder en septiembre, pero ese torneo no es lo mismo sin espectadores».
»No parece que haya alguna opción para que la gente pueda estar, para que sea accesible para todos así que es la opción más segura, para que podamos disfrutar de ella como toda una Ryder se merece, ya que es una cita muy importante para el golf», añadía.
»Eso no quita que me ponga triste el hecho de no poder jugarla puesto que tenía muchas ganas, pero hay que pensar primero en la salud y en la seguridad antes que en el espectáculo», finalizaba el de Barrika.
