El golf, que el pasado 2016 redebutaba en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro con gran éxito, no podrá volver a competir en la máxima cita del deporte. Los JJOO de Tokio han quedado suspendidos y queda ahora por cerrar la incógnita de cuándo se disputarán.
Así las cosas, Justin Rose no podrá reeditar este año su título o, cuanto menos, defenderlo. Tampoco Henrik Stenson (segundo) ni Matt Kuchar (tercero), ni los españoles, ni ningún otro jugador. Todos ellos, con muchas ilusiones puestas en la cita, especialmente los veteranos (Stenson, Bubba Watson, Phil Mickelson, Tiger Woods, Hideki Matsuyama, Jason Day…)
Si hablamos de la categoría femenina, en Río tuvimos dos representantes, Azahara Muñoz (21ª) y Carlota Ciganda (38ª), lejos del podio que coparon Inbee Park, Lydia Ko y Shanshan Feng, todas ellas también sin Juegos este año, como el resto de la armada asiática y norteamericana, las principales dominadoras del golf femenino.
Ha sido el propio Comité Organizador el que, por boca del primer ministro japonés Shinzo Abe, comunicaba al Comité Olímpico Internacional (COI) la solicitud de la suspensión o retraso de la cita a tres escenarios posibles: otoño 2020, verano de 2021 u otoño de 2022 (debido a que el verano que viene hay Mundiales).
Así pues, el 24 de julio, fecha en la que se esperaba el encendido de la antorcha olímpica, la ceremonia inaugural y el pistoletazo de salida a múltiples competiciones (pruebas en las que tanto Australia como Canadá, Polonia o Suiza, entre otros, avisaron que no participarían para asegurar la salud de sus integrantes), tendrá que esperar, con el consiguiente cambio en la planificación de decenas y decenas de deportistas, el retraso o no de la retirada para los más veteranos, la reorganización de las pruebas clasificatorias y, sobre todo, el retraso en la amortización de todos los costes de trabajadores, alojamientos, infraestructuras, merchandising y demás (unos 35.000 millones de euros de los que, solo el Estadio Olímpico, supone 2.600) que ha realizado el gobierno de Japón.
En principio, la idea es realizarlos el verano que viene, pero este es un elemento aún por determinar y que requerirá de un estudio en profundidad: «Japón, como país anfitrión, bajo las actuales circunstancias, ha propuesto que (el COI) estudie si se puede aplazar en cerca de un año para que los atletas puedan tener la mejor condición y Thomas Bach (presidente del COI) me respondió que está de acuerdo en un cien por cien», informaba el primer ministro japonés Shinzo Abe.
Ahora, al COI le queda la ardua tarea de reubicar los Mundiales de Atletismo de Eugene en EE. UU. (programados del 6 al 15 de agosto), los de Natación en la ciudad japonesa de Fukuoka del 16 de julio al 1 de agosto y las citas preolímpicas y paraolímpicas.