23 de noviembre de 2024

Los doce mitos del material de golf que pueden arruinar tu juego

Los doce mitos del material de golf que pueden arruinar tu juego

“Cuando te encuentres en el lado de la mayoría, es el momento de parar y reflexionar”. Mark Twain 

Acaban de anunciar la ampliación del periodo de alarma. ¡Dios mío! Nos quedan tres semanas de clases de video indoor sin tecnología, de “puttear” en el pasillo, de “chippear” desde una alfombra hacia una cacerola o vaso…. 

Pero hay que hacerlo. No queda otra. Hay que quedarse en casa. Ser solidarios. 

Y yo aquí, ocupando mi tiempo leyendo y escribiendo. Viendo videos, formándome y aprendiendo. “Docendo discere” (enseñando se aprende) decían los romanos. 

Me he propuesto en estos próximos treinta días, con el eterno apoyo de mis amigos de www.golfconfidencial.com hablar sobre los mitos mas divulgados, extendidos, quizás desconocidos y en muchos casos malinterpretados por muchos de vosotros. Si al acabar esta “Miniserie de una temporada” (tan de moda últimamente), te ha servido de algo, estaré satisfecho. 

Aquí va el primero.

Mito número 1: Con los palos modernos obtienes más distancia 

Esta afirmación es en términos generales falsa. Y voy a intentar explicarlo. 

Hasta los años 70 el mercado de golf era muy limitado. Pocos jugadores implicaba poca rotación de material. Se trabajó en tres líneas, ropa aparte: 

Modificar el material duro (palos)

Modificar los zapatos

Modificar la bola

Se prohibieron los clavos de los zapatos argumentando que los clavos transmitían las enfermedades, la bola pasó de 1,62 pulgadas a 1,65 y posteriormente a 1,68 (la gorda). Y se cambió por completo la fisonomía y la estructura de los palos y de los juegos. Yo viví estas transiciones. 

Fue una gran operación comercial, que tampoco facilitó el deporte al aficionado medio de hándicap 20. A pesar de todo en EE. UU, de acuerdo con ‘Every shot counts’ de Mark Broadie, dejan de jugar los mismos jugadores que acaban aprendiendo (50-50). Y el hándicap medio no ha mejorado ni siquiera un golpe desde 2003 hasta 2013, a pesar de la mejora del material, la tecnología de instrucción y la información. 

Desde el punto de vista comercial, los palos cambiaron en tres direcciones: 

Loft (grados de la cara)

Longitud de la varilla, medida en pulgadas

Más velocidad de swing,(ligereza y el famoso MOI o Momento de inercia). 

Todo encaminado a publicitar que consigues más distancia, El Dorado del Jugador Medio. 

En el cuadro adjunto podemos ver la evolución del loft de los palos desde 1960 hasta la actualidad. No ha habido muchos cambios desde la irrupción de Tiger Woods en 1996-97.

Cuadro Loft

Unos apuntes muy interesantes: 

El primero quizás no lo habrán escuchado nunca. Ahí va. Se llama la Regla del 24/38. El golfista medio del que hablaba más arriba no puede golpear con precisión un palo que tenga más de 38 pulgadas de longitud de varilla y menos de 24 grados de loft. Cuanto más lejos está el cuerpo de la bola, menor precisión de impacto y por lo tanto menos eficiencia (smash factor o ratio entre las velocidades de palo y salida de bola en el impacto). 

Esto se demuestra porque casi el 80% de los alumnos con los que trabajo desde que lo hago con tecnología, tienen problemas para golpear sólidamente a partir del hierro 5. En mis tiempos de aprendizaje los 24 suponían el hierro 3. Ahora estamos ya en el hierro 5 (por eso los palos modernos pegan más, claro). Los 32 del hierro 5 en 1960-70 se han convertido en 27-28 en la actualidad. 

El segundo lo vemos en el cuadro. Un vistazo rápido nos permite ver que en 1960-70 el sand wedge tenía 56. Hoy en día es lo mismo. Por el contrario, el PW tenía 52 y ahora está entre 46-48, en función de la Marca (algunos Pros hasta 44). Este cambio ha generado una necesidad artificial de comprar un wedge de 50-52 (el famoso gap wedge o approach wedge). Un palo más. El material se encarece. 

El tercero es más claro aún. Ante la tendencia a cerrar más los grados de la cara del palo en hierros 3-4-5, lo cual dificulta en extremo el impacto sólido y la eficiencia “o samash factor” en el jugador medio, generaron artificialmente la necesidad de comprar los famosos híbridos. Es curioso como la historia nos enseña. El primer paso en la reducción de loft se dio a finales de los 70, justo los años en el que salieron los primeros híbridos al mercado, los King Cobra y los Rescue de Adams Golf. Todo orquestado. Coincidencia, claro…

Cuadro Loft

 

En ‘Every shot counts’, un libro que no debería faltar en la biblioteca de ningún jugador de golf, Mark Broadie establece estadísticamente que el “bogey golfer” (mi jugador medio español de hcp 20), sólo coge el 33% de los greenes que intenta desde 150 yardas (137 metros), lo que supondría alrededor de un hierro 7-8 reales (no el de la imaginación del jugador). Así mismo establece que el jugador siempre sobreestima su distancia en el campo y que la misma se reduce entre un 5% y un 10 % entre el campo de prácticas y el campo por el factor mental. Es como el reductor de velocidad de los coches de golf para que el golfista no se embale con ellos en el campo. Nuestro cerebro actúa como freno en el campo. Miedos y pensamientos negativos, pensamientos técnicos, frenan el swing y la inercia.

Todo jugador debería hacer un fitting para adquirir material. La inversión lo merece. El argumento de que este u otro jugador lo utilizan no es útil en términos absolutos. Son estrategias comerciales. Honma no es mejor palo porque lo utilice Justin Rose. Ya era buen material, por cierto, una de las primeras marcas que fabricó palos con menos loft para compensar que el standard de altura japonés es más bajo que el occidental. Y el Taylor Made Spider no es más útil al ‘bogey golfer’ porque lo utilice Jon Rahm. Será más útil al jugador que necesite mejorar su línea y no su fuerza (el principal problema de los jugadores medios de nuevo según Marc Broadie). Pero el número de jugadores que compran un putter mallet (cabeza grande tipo semicircular por entendernos) es incesante en detrimento del putter blade tradicional, que mejora la fuerza. Ya en los años 70 nos decía el gran John Jacobs que uno de los problemas más importante de los amateurs medios estaba en reducir de 3 a 2 putts, y que el 85% de los greenes a 3 putts se debían a errores de fuerza del primero, y no a errores de línea del segundo.

Si vais a comprar material, demandad una tienda especializada que tenga tecnología para medir y hacer fitting. En este sentido una tienda con Foresight es la ideal. Foresight Quad o GC2 con cámara HTML para fotografiar el impacto. Así sabremos como llega el palo, donde impacta la bola, cual es nuestra velocidad de palo y bola y cual es nuestra eficiencia. En lugar indoor no hay otra tecnología que de los datos exactos. Si no la encontráis, haced 100 o 200 kms. para hacer el fitting. La inversión merece la pena. Entended que hacer un Fitting con pegatinas golpeando contra la tabla marcadora es como utilizar la versión Windows ´97. El cerebro, instintivamente, se retiene. Y los datos no serán precisos. Acordaos del limitador de velocidad del coche de golf.

Fitting

La tecnología y la estadística nos permiten tener datos. Ya no hablamos de suposiciones, de mitos. Hablamos de certezas, de evidencias. Y hay una extensa bibliografía al respecto. 

Os espero en el segundo Mito. Mientras, no salgáis de casa y resetead vuestra mente. En todos los sentidos. Valorad lo que tenéis y lo que habéis tenido. Saldremos reforzados, diferentes (como Tiger después de su lesión). Mejores personas.

Yo espero poder ayudaros a ser también mejores golfistas. A pensar, como decía Harvey Pennick en uno de sus libros maravillosos: »El aficionado no debería ver ni videos ni dibujos de otros jugadores. Debería leer sólo libros que tuvieran texto e imaginar, pensar y sentir». 

Pensad, pero en casa. Gracias, hasta pronto y salud a todos.

www.alvarobeamontegolf.es

IG: @alvarobeamontegolf

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