Los malos resultados y la falta de títulos, unidos a los altibajos que está sufriendo en su rendimiento, han provocado que llevemos mucho tiempo sin ver a quien otrora fuese número 1 del mundo y niño prodigio en Estados Unidos tras hacerse con el Open de Australia en 2014 (su primera victoria como profesional), al bueno de Jordan Spieth, entre los mejores.
Sin embargo, desde que en 2017 ganara el The Open Championship en 2017, ha entrado en barrena, terminando en el puesto 55 la semana pasada en el Farmers Insurance Open. No le sale prácticamente nada, ha perdido consistencia con el putter (una de sus grandes armas) y ya no está en los focos.
Parece que empieza a ver la luz al final del túnel, tímidamente pero la ve. En sus últimas participaciones solo ha fallado ocho cortes y comienza a quedar clasificado entre los 10 primeros con asiduidad, si bien el traspiés en Torrey Pines ha sido un duro golpe.
»Nunca vas a estar metido 24/7, ni siquiera Tiger Woods en su mejor momento estaba metido 24/7 y tuvo que ganar torneos sin su mejor juego», comentaba Spieth en el Open Championship del año pasado. »Cuando tenía su mejor juego, ganaba por ocho o nueve golpes. Se trata de compensar y estar posicionado en tu swing, atacar el campo de la manera adecuada. Cuando no estás bien posicionado, hacer pares; y cuando lo estás, atacar. Estoy llegando a ese punto. Está llegando ese momento».
Habrá que seguirle muy de cerca y comprobar si la mejoría se prorroga en el tiempo y si los aficionados podemos vovler a ver a JS de nuevo entre los mejores. Calidad tiene, solo hace falta que vuelva a aparecer.