El mundo del golf se queda un poco más huérfano tras decir adiós a Paul (Pete) Dye, uno de los padres de la arquitectura moderna de los campos de golf más reconocidos del mundo.
La lista de creaciones destaca tanto por el número como por la calidad, con recorridos como Whistling Straits (Straits Course), THE PLAYERS Stadium en TPC Sawgrass, convirtiéndose en 2008 en el quinto arquitecto de golf consagrado en el Salón de la Fama del Golf Mundial junto a Donald Ross, Alister MacKenzie, CB Macdonald y Robert Trent Jones; además, recibió el Premio Donald Ross de la Sociedad Americana de Arquitectos de Campos de Golf en 1995; el Old Tom Morris Award de la Asociación de Superintendentes de Campos de Golf de América en 2003; el Premio al Servicio Distinguido 2004 de la PGA de América y el Premio PGA TOUR Lifetime Achievement 2005.
Dye aprendió a jugar al golf en un campo de nueve hoyos, Urbana Country Club, que su padre, Paul Dye, propietario de un bar, agente de seguros y administrador de correos, construyó después de obsesionarse con el juego. Esos veranos de la infancia que trabajaba en el club de su padre durante las décadas de 1930 y 1940 llevaron a la fascinación de toda la vida de Dye con la agronomía y el mantenimiento del curso. Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, Dye se convirtió en cuidador del Urbana Country Club con apenas 15 años.
En lo que a la parte de competición se refiere, Dye ganó el Indiana State Amateur en 1958 después de ser segundo en dos ocasiones. Compitió en el US Open de 1957 y en el US Amateur media docena de veces. En el Trans-Mississippi de 1958 en Prairie Dunes en Hutchinson, Kansas, Dye perdió en las semifinales ante un tal Jack Nicklaus, de 18 años, quien una década más tarde se convertiría en su consultor de diseño en Harbor Town.
»Cada sitio potencial que veo trae nuevos desafíos y sigo aprendiendo más cada día. Mi inspiración proviene de los propios golfistas, quienes, a pesar de patear y maldecir, intentan encontrar en un paseo por un diseño de Pete Dye algo memorable», comentaba el propio Dye hace años.
En sus diseños destacan sobremanera los greenes pequeños, los búnkers exigentes y obstáculos de agua ubicados estratégicamente. A diferencia de los diseñadores durante la Edad de Oro de la arquitectura del golf, que carecían de maquinaria moderna pero a menudo se les daba la mejor tierra para diseñar sus campos, Dye comenzó en terrenos más problemáticos, pero ningún sitio fue más desafiante que la superficie pantanosa e infestada de serpientes al sur de Jacksonville, Florida, donde el entonces comisionado de PGA Tour, Deane Beman, contrató a Dye a fines de la década de 1970 para crear el Stadium COurse del TPC Sawgrass.
Los campos de Dye tuvieron un fuerte impacto en la arquitectura del golf. Ron Whitten y Geoffrey Cornish escribieron en ‘The Architects of Golf’ que en la década de 1980, «incluso sus principales competidores construían campos que eran un reflejo de su estilo o una respuesta a él».
