Ayer, en East Lake, no se celebraba el regreso de una leyenda, sino la victoria de un golfista supremo en un momento mágico de su carrera. Hace un año no pudo batir al tigre. Ayer junto al número uno del mundo mostró su repertorio peleó cada golpe manteniendo la presión sobre Koepka hasta que este se derrumbó con tres bogeys consecutivos del 12 al 14. El norirlandés salía un golpe detrás del líder al iniciarse la última ronda, acabó con cuatro de ventaja.
McIllroy terminó el día con dos birdies para un 68, dos bajo el par del campo, para ganar por cuatro golpes sobre Xander Schauffele, y cinco sobre Brooks Koepka y Justin Thomas.
Como resultado, McIlroy se llevó la segunda FedExCup de su carrera, uniéndose a Tiger como los únicos que se han llevado el trofeo en dos ocasiones. De paso se llevó un bono de 15 millones de dólares que son cinco más de lo que se embolsó hace tres años cuando se impuso a Ryan Moore y Kevin Kisner en un desempate.
McIlroy asciende al segundo puesto en el World Golf Ranking amenazando el dominio de Koepka. El presagio de lo que está por venir la temporada que viene.
Jon Rahm firmó una última jornada para olvidar. El vasco no encontró su juego. Cuatro bogeys en los nueve primeros hoyos, con una secuencia de tres consecutivos del 7 al 9. Algo mejor en la segunda, donde cuatro birdies dejaron un mejor sabor de boca ante los dos bogeys de sus últimos nueve hoyos.