Cuatro a tres en el marcador, resultado final de la semifinal, el punto culminante a una vibrante historia que comenzó nueve horas antes, que incluyó situaciones, sensaciones, acciones y sentimientos de todo tipo. El equipo español, una piña cimentada en un abrazo indestructible, alcanzó con enorme brillantez la final del Campeonato de Europa Sub 18 Femenino por Equipos por segundo año consecutivo.
Todas juntas, puño al aire, alegría contagiosa y desbordante, proclamaron a los cuatro vientos la calidad de su juego, un talento y una disposición conjunta que convierte a las españolas, un año más, en referencia indiscutible del golf europeo.
El relato, en todo su desarrollo, estuvo rodeado de enormes dosis de épica. Al igual que sucediera ante Inglaterra en cuartos de final, el duelo de semifinales ante Italia generó de inmediato ese cúmulo de sensaciones que convierten al golf en un deporte tan atractivo.
Es cierto que el enfrentamiento protagonizado por Carla Tejedo y Carolina López-Chacarra adquirió pronto color transalpino, una irreversible sucesión de aciertos que se materializó en una victoria inapelable por 5/4 gracias a las brillantes manos de Emilie Paltrinieri y Benedetta Moresco.
La losa del 0-1, de peso semejante al sufrido el día anterior ante las inglesas, provocó una reacción igualmente brava de parte de la otra pareja española involucrada en la hercúlea tarea de escribir una bonita historia en este Europeo Sub 18 Femenino por Equipos, un guión al que se afanaron con intensidad creciente Marina Escobar y María Villanueva, una espectacular suma de esfuerzos que lo mismo resolvían in extremis situaciones extremas que hubiese deparado 0-2 en contra, que lo mismo planteaban propuestas difícilmente superables que las italianas se encargaban de igualar en un duelo donde el espectáculo adquiría dimensiones mayúsculas.
La historia, en el hoyo 21, después de tomas y tacas continuos ante dos jugadoras de talla mundial como Caterina Don y Virginia Bossi, llegó a su fin tras una sacada de bunker de libro por parte de Marina Escobar y un putt corto pero tensísimo de María Villanueva que bien valió el triunfo.
Con 1-1 en el marcador parcial -bien diferente de un posible 0-2 en contra- dieron comienzo cinco duelos individuales donde el carácter latino, presente por los cuatro costados, se adueño de las calles y los greenes de El Saler desde el primer minuto.
Ninguna de las protagonistas, bien fuesen españolas o italianas, daba la más mínima concesión, cinco duelos taquicárdicos donde todas ellas se enfrascaron hasta sus más últimas consecuencias en busca de la victoria.
Algunos de los enfrentamientos se resolvieron por la vía rápida, caso del protagonizado por Carolina López-Chacarra, que sacó literalmente del campo a la italiana Caterina Don -autora de ¡64 golpes en la segunda jornada!- por 6/4, un punto compensado de inmediato por las transalpinas de la mano de Benedetta Moresco, que hizo suyo por completo su partido ante María Villanueva antes de eliminar a la española por un asimismo contundente 6/5.
La tensión, en los otros tres partidos individuales, se partía con cuchillo, un trío de enfrentamientos donde las diferencias eran siempre mínimas y donde cada acción, por nimia que pudiera parecer, adquiría el calificativo de decisiva.
Nieves Martín, una jabata durante todo el recorrido, cedía sin embargo en el hoyo 17, generando presión adicional en los otros dos partidos donde el fallo, ya sí, era irreversible. Lejos de amilanarse, la tensión provocó dosis de energía adicionales en Carla Tejedo y Marina Escobar, las protagonistas de dos duelos de máximo voltaje.
La castellonense, con la bravura que le caracteriza, sacando a relucir en cada instante un carácter indómito, no sólo resistió las buenas acciones de Emilie Paltrinieri, sino que realizó brillantes propuestas que no encontraron respuesta antes de ganar en el hoyo 17.
Con la satisfacción a flor de piel, llegó entonces la carrera desbocada, 400 metros lisos en busca de Marina Escobar, que en el hoyo 18, prácticamente en ese mismo momento, superaba con tremenda eficacia la resistencia de Virginia Bossi, 4 a 3 en el marcador, a la final por la puerta grande, un abrazo indestructible, una piña, un equipo destinado a realizar todo tipo de gestas, con Dinamarca esperando en el horizonte tras superar de manera agónica a Alemania en semifinales.
Suecia y España, las naciones más laureadas hasta la fecha
El conjunto español acude al célebre recorrido valenciano con la intención de repetir actuaciones tan brillantes como en las ediciones de 1991, 1993, 1997, 2001, 2002, 2003 y 2015, saldadas en todos los casos con la medalla de oro colgada al cuello, siete títulos de campeona de Europa que convierten a España en el país más laureado en la historia de esta competición junto a Suecia, que acumula ocho triunfos (1995, 2000, 2004, 2007, 2008, 2012, 2013 y 2017).
Francia, con tres victorias (2010, 2011 y 2014), Alemania (1999 y 2006) e Italia (2016 y 2018), Inglaterra (2005) e Irlanda (2009) completan el palmarés de este torneo.
