Fue un día muy favorable para las rondas bajas, para salir del campo con una sonrisa de oreja a oreja. El que más, Keegan Bradley, que terminaba con 63 golpes (siete birdies) y acumulando ya -7 en la primera vuelta.
Fabuloso con los hierros y también los greenes, Bradley fue una especie de robot, una máquina de embocar una y otra vez, un autómata programado para volar sobre el campo e ir dejando a todos atrás.
Eso sí, no fue el único, ya que a su espalda brillaron también, todos empatados a un golpe, Shane Lowry, Sungjae Im, Nick Taylor, Erik Van Rooynen y Roberto Castro. Más jugadores se quedaron también muy cerca, como Matt Kuchar, Graeme McDowell (65), Danny Willet, Henrik Stenson y Webb Simpson (66), Alex Noren, Joaquin Niemann y Rory McIlroy (67), Brooks Kopeka y Justin Thomas (70)…
Uno más atrás finalizó Dustin Johnson, midiéndose con Koepka, no permitiendo ninguno alejarse del otro; los dos pesos pesados han demostrado que saben no solo jugar muy bien sino también aguantar en cualquier circunstancia cuando el campo no termina de favorecerles y les da lo que por juego por merecen. No sacaron todo el provecho posible a una jornada asequible y se han situado demasiado abajo, pero remontarán seguro, pues el juego exhibido daba para mucho más.
En cuanto a los españoles, recordar que solo tenemos a Sergio García en competición y no ha empezado nada bien. Vuelta de 71 en la que ofreció su mejor versión en el 15, 16 y 17 con tres birdies seguidos, pero tanto antes como después su golf no encontró premio (bogeys en el 12 y 13 y doble bogey en el 18). En los nueve primeros pasó sin pena ni gloria, todo pares. Mucho tendrá que apretar para pasar el corte y no va a ser tarea fácil, necesitando una vuelta bastante baja.
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Fotos: PGA Tour