Victoria in extremis para el europeo Bernd Wiesberger, un jugador de extraordinaria calidad al que la falta de regularidad y las lesiones le han impedido copar más titulares. Sin embargo, llegaba a Dinamarca con el claro objetivo de recuperar el tiempo perdido, ese que le ha hecho estar dos años en el dique seco de títulos. Ha abierto de nuevo sus vitrinas para añadir otro inquilino.
La última ronda del austriaco ha sido la mejor, con 66 golpes con ciertos momentos de altibajos. Empezó muy bien con birdies en el 1 y 3 para después frenarse en seco con un doble bogey en el 4. Eso, sin embargo, no pareció ser obstáculo para él y acto seguido continuó con su producción y recortando al campo (birdies en el 5, 6 y 8 y eagle en el 11). Volvió a encontrar un ligero frenazo en el 13 con un bogey al que rápidamente le dio la vuelta con dos birdies más en el 14 y 16, finalizando con bogey en el 18.
Quien más se le consiguió acercar fue un desconocido al que hay que empezar a tener muy en cuenta, Robert Macintyre. Este joven escocés supo aguantar la presión de jugar el partido estelar junto a Wiesberger y se quedó a un único golpe. Sin arrugarse, concluyó igualmente con 66 impactos (seis birdies y un bogey) y con varias opciones de levantarle el triunfo al austriaco.
Tercero fue Romain Langasque, también con 66 y empatado en cuarta plaza junto a otros cuatro jugadores, Pablo Larrazábal. Él fue nuestro mejor representante con 68 golpes en la última vuelta a cinco golpes de Wiesberger. Sus primeros nueve hoyos fueron, sencillamente, maravillosos. No cometió un solo error, anotándose cinco birdies y poniendo su nombre entre el de los candidatos más firmes.
Se creció Larrazábal tras cazar la cabeza del torneo pero en la segunda parte del recorrido perdió fuelle. Dos bogeys (11 y 13) que le frenaban demasiado; perdió ese punch que había tenido durante dos horas y aunque recuperó con otro birdie en el 16, volvió a hincar la rodilla con el bogey del 18. Ahí claudicó su ascensión pero demostró que calidad tiene para pelear por los títulos.
Por detrás, a un único golpe, quedaba Alejandro Cañizares (68 golpes y -8) cediendo también en la parte final del recorrido (bogeys en el 13 y 16). Dos impactos por detrás finalizaba Adrián Otaegui con su mejor vuelta del torneo (67) y con -5 de acumulado Álvaro Quirós y Gonzalo Fernández-Castaño.
Último en la tabla terminó Iván Cantero (75), con un total de +9 tras llegar a Casa Club con dos birides, cuatro bogeys y un doble bogey.
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Fotos: European Tour
